Economia
presidente Petro insta a la industrialización del sector

Colombia alcanzó en julio de 2025 la mayor producción de café en los últimos diez años, según reveló la Federación Nacional de Cafeteros. Ante esta cifra histórica, el presidente Gustavo Petro insistió en que el país debe dar el salto hacia la industrialización del grano, y que este proceso debe estar en manos de quienes lo cultivan.
“La producción más alta de café en los últimos 10 años. La industrialización del café se vuelve imperativa”, escribió el mandatario en su cuenta de X. En el mismo mensaje, subrayó la necesidad de que el Estado apoye a las cooperativas cafeteras para transformar el café dentro del territorio nacional, generar valor agregado y aumentar la participación colombiana en mercados estratégicos como Asia y Medio Oriente.
“Más producción implica industrialización en manos de los productores directos. Las cooperativas de productores en las regiones deben ser apoyadas por el gobierno para dar el paso de la industrialización y ampliar su espacio en Asia y el Medio Oriente”, señaló el jefe de Estado.
La producción más alta de café en los últimos 10 años.
La industrialización del café se vuelve imperativa.
Mas producción implica industrialización en manos de los productores directos.
Las cooperativas de productores en las regiones deben ser apoyadas por el gobierno para dar el paso de la industrialización y ampliar si espacio en asia y el medio oriente. pic.twitter.com/v2vIVVHFXe
— Gustavo Petro (@petrogustavo) August 5, 2025
Producción en máximos históricos: 14,6 millones de sacos
De acuerdo con el informe publicado por la Dirección de Investigaciones Económicas de la Federación Nacional de Cafeteros, entre agosto de 2024 y julio de 2025 la producción acumulada de café verde llegó a 14,6 millones de sacos de 60 kilogramos, lo que representa un incremento del 18 % frente al mismo periodo del año anterior, cuando se produjeron 12,3 millones de sacos.
La tendencia al alza también se confirma en todos los cortes temporales del informe: En el año cafetero (octubre 2024 a julio 2025), la producción fue de 12,484 millones de sacos, un 17 % más que en el mismo periodo del año anterior.
En lo corrido del año calendario (enero a julio de 2025), se registró una producción de 7,585 millones de sacos, un aumento del 9 %. Solo en julio de 2025 se produjeron 1,373 millones de sacos, lo que representa un incremento del 19 % frente a los 1,159 millones de julio de 2024.
Estos resultados consolidan a Colombia como uno de los principales países productores de café del mundo y abren nuevas oportunidades para fortalecer la cadena de valor en el país.
Más allá del grano: valor agregado para el mundo
La lectura del presidente Petro va más allá de las cifras. Para el jefe de Estado, este crecimiento en la producción debe ser acompañado por un proceso de transformación estructural en la forma como el país exporta su café. Actualmente, la mayoría del grano colombiano se vende en su forma más básica: sin tostar, sin empacar, sin marca y sin identidad regional directa.
La apuesta del Gobierno, como lo ha reiterado el mandatario en múltiples escenarios, es industrializar el café en las regiones productoras, con plantas de tostado, empacado y comercialización manejadas por las propias cooperativas campesinas. Esto permitiría que el mayor valor agregado de la cadena —que hoy se queda en el extranjero— beneficie directamente a las comunidades cafeteras.
El respaldo del Estado en infraestructura, tecnología, financiación y acceso a mercados internacionales será clave para hacer realidad este modelo, especialmente en contextos donde ya existen experiencias exitosas de caficultores que exportan café transformado.
Asia y Medio Oriente: mercados clave en expansión
El presidente también subrayó que el objetivo estratégico es ampliar la presencia del café colombiano en Asia y el Medio Oriente, regiones que en la última década han demostrado un crecimiento sostenido en el consumo de cafés especiales.
Con una producción récord y el respaldo institucional, Colombia tiene la oportunidad de posicionar marcas propias en esos mercados, construyendo rutas comerciales directas desde las cooperativas hasta el consumidor final. La industrialización, en este sentido, no es solo una meta económica, sino también un instrumento de justicia económica y redistribución del ingreso en el campo colombiano.