El Rayo se encuentra una corona en el descuento

El Rayo regresa de Suecia con un punto que se celebra como una victoria tras lo visto en el Gamla Ullevi de Gotemburgo. Un gol de penalti de Ratiu en el minuto 103 igualó el marcador y dejó al Hacken sueco sin una victoria que había merecido sobre todo en el primer tiempo.

Golpe de realidad para Vallecas, donde ya se hablaba con cierta seguridad de llegar lejos en la Conference. Cómo no pensarlo al ver el nivel del Rayo en estos primeros meses de temporada. “Ahora nos sentimos en la competición con pleno derecho”, decía Iñigo Pérez en la previa. Más de 300 rayistas viajaron a Gotemburgo con la maleta cargada de ilusión. Pero este jueves falló lo que siempre funciona. Al césped saltó un equipo completamente irreconocible.

Fueron los peores 45 minutos del Rayo en las últimas temporadas. Sin duda, los peores con Iñigo Pérez al mando. Nada de lo que caracteriza al equipo, elogiado por méritos propios desde todos los frentes, se puso de manifiesto en Suecia. Peor todavía: se vio todo lo contrario.

Sus rivales alaban al Rayo por muchos factores. El primero y más reconocible, por la convicción de sus jugadores para repetir esfuerzos sin fin. El propio técnico del Hacken lo admitió antes del partido: más que la diferencia técnica, temía su ritmo de juego. Nada más lejos de lo que sucedió.

La mejor noticia del primer tiempo para los de Vallecas fue el resultado. El Hacken tuvo una decena de buenas situaciones de gol y marcó solo una. La que generó el Rayo, fue para dentro. Balón de Balliu a la gran ruptura de Camello y asistencia a Álvaro García para que el utrerano continúe con sus buenos números de cara a gol.

El empate del Hacken llegó antes del descanso en una jugada individual de Lindberg. El extremo sueco, partiendo como lateral, se marchó de Álvaro e inicio una diagonal hacia dentro por la que no apareció ningún rayista. Tuvo tiempo hasta de perfilarse a su derecha para ejecutar el disparo y batir a Batalla, que no daba crédito a las facilidades que sus compañeros estaban dando al rival.

Trejo se quedó en el vestuario en el descanso porque a punto estuvo de ver la segunda amarilla en la última jugada del primer acto. Salvado de la expulsión, De Frutos ocupó su lugar para arrancar la segunda parte. Lo que el colegiado le dio ahí al Rayo, casi se lo quita luego.

La remontada del Hacken se materializó en otra acción de Lindberg por la derecha que Brusberg empujó a la red. El resultado, ahora sí, hacía justicia a los méritos de uno y otro equipo.

Penalti a la fuerza

El Rayo reaccionó al verse por detrás en el marcador. Un disparo al larguero del Pacha Espino, otro desde el centro del campo de Pedro Díaz, una volea de Jorge De Frutos, otro remate de Fran Pérez… Cuando el Rayo apretó, demostró su superioridad. Pero ya iba tarde.

El partido se encaminaba a su fin cuando De Frutos cayó en el área derribado por Samuelsson. Al bosnio Bandic, que estaba a pocos metros, le vino a la mente lo que perdonó a Trejo. El penalti pareció clarísimo en directo y en televisión. Pero no se pitó.

Tanto debía pesar la conciencia al colegiado que tampoco señaló la plancha en el área del propio Samuelsson, en la última acción del partido, esta vez sobre Álvaro. No solo eso, sino que encima sacó la amarilla del bolsillo para amonestar al utrerano en cuanto se levantara. Una escena ridícula. Álvaro, dolorido a la vez que inteligente, siguió en el suelo hasta que el VAR reclamó al árbitro. Penalti transformado por Ratiu y 2-2. Fiesta en el fondo visitante y todos contentos de vuelta a Vallecas.