miles de dólares por un secreto en público

El sábado 21 de junio de 2025, las calles de Nueva York fueron escenario de una aparición impactante que rápidamente captó la atención de todos. Bianca Censori, esposa del famoso rapero Kanye West, desfiló por la ciudad luciendo un atuendo tan provocador como inusual: un bikini hecho completamente de dulces multicolores, que iban del azul al blanco, pasando por el verde y el amarillo. Lo que parecía una simple elección estilística, fue, según fuentes cercanas a la pareja, el resultado de un acuerdo financiero con una cifra escalofriante.

Según el medio Daily Mail, Kanye West habría pagado hasta 250,000 dólares por este peculiar atuendo, con la condición de que su esposa lo llevara en público. El bikini comestible no solo sorprendió por su material, sino también por la actitud de Censori, quien caminaba impasible mientras las miradas atónitas la seguían por las calles neoyorquinas. Un vocero del rapero explicó que la cifra fue el resultado de “diferencias creativas”, mientras que otras fuentes aseguran que el monto inicial ofrecido fue de 100,000 dólares, aunque tuvo que incrementarse tras el rechazo de Censori.

El destino del atuendo resultó aún más inesperado: según los informes, algunos de los caramelos desaparecieron durante el día. “La prenda fue retirada debido al calor, y las costureras dijeron que ya no quedaba nada de ella, ni siquiera el hilo”, explicó un representante de West.

Lo que inicialmente parecía un simple show de moda ha abierto un debate más profundo sobre la relación entre ambos. Bianca, conocida por sus elecciones estilísticas audaces, habría encontrado una forma de capitalizar su imagen y su vínculo con Kanye. Según fuentes cercanas, la arquitecta habría acumulado hasta 3 millones de dólares por este tipo de acuerdos, tras aceptar usar ciertos atuendos a cambio de cifras astronómicas.

Sin embargo, la controversia no solo se limita al mundo de la moda. El debate sobre la autonomía de Bianca Censori crece, mientras algunos consideran que Kanye ejerce un control sobre ella, mientras que otros creen que es una mujer completamente involucrada en este juego público y monetizado. Lo cierto es que, como siempre con la pareja West-Censori, lo extraño sigue siendo parte del espectáculo.

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