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Todos ponen: la clave para el desarrollo de Colombia

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El foro “Pensando Colombia” convocó a empresarios, académicos y expertos financieros

Foto: Critian Vanegas

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Como en el tradicional juego de la pirinola, en el que la frase “todos ponen” marca el momento en que cada jugador debe aportar para que la partida continúe, el momento que vive el país demanda que todos los sectores unan esfuerzos y trabajen de manera conjunta por el desarrollo.

Esta es una de las grandes conclusiones del foro “Pensando Colombia”, el cual fue organizado por Caracol Televisión, Foros El Espectador y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En esta convocatoria participaron empresarios, académicos, exfuncionarios y expertos en economía.

En su intervención, Rodrigo Peñailillo, representante del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), presentó un diagnóstico sobre los principales retos que enfrenta el país. Como explicó, muchos de estos, si se observan desde la perspectiva adecuada, pueden transformarse en grandes oportunidades.

El primero es fortalecer la gobernanza e institucionalidad, ya que solo el 36 % de los ciudadanos confían en los gobiernos. Para esto, añade, se requieren apuestas por la descentralización y la eficacia de las acciones del Estado.

El segundo gran reto es alcanzar un crecimiento sostenible e inclusivo. Un ejemplo claro es que las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) acceden a solo el 30 % del crédito bancario, a pesar de representar más del 90 % del tejido empresarial. En regiones como Vichada la conexión a internet apenas llega al 5 % de la población. Este tipo de brechas, según se advierte, perpetúa la desigualdad y la alta informalidad, limitando además el acceso de millones de trabajadores a la seguridad social.

El cambio climático es otro de los grandes desafíos. Se estima que la vulnerabilidad climática ha provocado el desplazamiento de 3,6 millones de personas en el país. Frente a ello, la meta es movilizar USD 100 millones hacia 2030 para financiar acciones de mitigación y adaptación. Sin embargo, este reto también abre una oportunidad: acelerar la transición energética y convertirla en un motor de inversión, innovación y desarrollo sostenible.

Finalmente, la educación se consolida como otro de los grandes pilares. Estudios del CAF revelan que en Colombia persiste un fuerte ciclo intergeneracional: los padres que no acceden a la educación superior suelen tener hijos que enfrentan la misma limitación en su vida adulta. Solo el 12 % logra romper ese patrón. Peñailillo destacó que es urgente implementar acciones decididas para reducir las brechas de acceso y calidad educativa. En ese propósito, el CAF anunció inversiones que beneficiarán a 77.000 estudiantes a través del mejoramiento de aulas y a 60.000 jóvenes con nuevas oportunidades de ingreso a la educación superior.

Además del sector financiero, distintas empresas compartieron cómo están contribuyendo al desarrollo del país. Álvaro Puyo, director de Sostenibilidad y Créditos Estructurados del BBVA Colombia, destacó el caso de éxito de Bancamía, una microfinanciera que impulsa la inclusión financiera al permitir que emprendedores colombianos construyan su historial crediticio y accedan con mayor facilidad a la financiación de sus proyectos.

Puyo resaltó que una parte fundamental de este proyecto se basa en la confianza: en creer que sectores como el agro, por ejemplo, son buenos pagadores y que es posible destinar recursos para fortalecer y hacer crecer sus negocios.

Otro ejemplo es el de Alquería. Su directora de Sostenibilidad y Sociedad, Adriana Velásquez, enfatizó que Colombia es un país profundamente desigual y que, frente a ese panorama, las empresas pueden desempeñar un papel decisivo como generadoras de abundancia y aliadas en la lucha contra la pobreza.

“Trabajamos con una red de más de 10.000 productores de leche. Nos debemos a ellos, ya que nuestra deuda con el campo es enorme. Hay proveedores que están en la línea de la pobreza, principalmente porque su competitividad agropecuaria es muy baja, y para ellos hay que brindar soluciones”, dijo.

Otra de las reflexiones más destacadas fue la que dejó José Francisco Aguirre, director ejecutivo de la Fundación Santo Domingo. Para él, es importante que organizaciones como la suya vean a la comunidad como beneficiaria y no como necesitada, ya que esa concepción termina siendo nociva.

Aguirre subrayó que quienes reciben apoyo deben ser vistos como actores activos del cambio, capaces de liderar proyectos, emprender iniciativas y apropiarse de los resultados alcanzados. Esto, explicó, genera un impacto más profundo y relaciones más sólidas que cuando las personas son tratadas únicamente como beneficiarias pasivas de ayudas.

Finalmente, la rectora de la Fundación Universitaria Los Libertadores, Ángela Merchán, considera que en este “todos ponen” la academia también cumple un rol crucial.

Las universidades y las instituciones educativas en general han tenido siempre la responsabilidad de responder a muchas problemáticas sociales. La escuela es la segunda institución social por excelencia, ya que lo que no se trabaja en la familia se trabaja en la escuela. La academia se ha preocupado por todas las comunidades. La estructura que se necesita para poder satisfacer necesidades particulares desde la escuela existe desde siempre”. detalla.

Como en la pirinola, el desarrollo de Colombia solo avanza cuando “todos ponen”. No se trata de suerte, sino de voluntad, de entender que el país se mueve cuando cada quien decide aportar.

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