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Una maniobra legislativa en un estado sureño desafía los planes de Trump para cambiar el mapa electoral

HOUSTON.- Decenas de legisladores estatales de Texas abandonaron el estado para bloquear una redistribución de distritos electorales que favorece a los republicanos antes de las elecciones de medio término de 2026, y ahora enfrentan amenazas de acciones legales.
El estado controlado por los republicanos, bajo la influencia del presidente Donald Trump, intenta cambiar las fronteras de los distritos que eligen a los legisladores en el Congreso, con el objetivo de que cinco escaños pasen del control demócrata al republicano.
El movimiento, controvertido pero legal, es una manipulación partidaria del mapa electoral conocida como “gerrymandering”, y busca evitar que los republicanos pierdan el control de la Cámara de Representantes en las elecciones intermedias del próximo año, cuando el partido en la oposición suele tener más éxito.
En respuesta, algunos gobernadores demócratas han planteado la posibilidad de reconfigurar los mapas de sus propios estados en represalia, pero sus opciones son limitadas.
En Texas, como en muchos otros estados del país, los legisladores estatales trazan y votan los mapas electorales, generalmente cada 10 años.
Gene Wu, presidente de la bancada demócrata de la Cámara de Representantes, declinó decir cuánto tiempo estaban dispuestos a permanecer fuera de Texas, y no estaba claro si la táctica tendría éxito. Hace cuatro años, los demócratas de la cámara baja salieron del estado durante 38 días en protesta por nuevas restricciones electorales, que de todas formas fueron aprobadas una vez que concluyó la resistencia.
“Haremos lo que sea necesario. En qué consistirá eso, no lo sabemos”, expresó Wu en una conferencia de prensa el domingo por la noche.
Los legisladores no pueden aprobar proyectos de ley en la Cámara de Representantes de Texas -compuesta por 150 miembros- sin la presencia de al menos dos tercios de ellos. Los demócratas ocupan 62 de los escaños en la cámara de mayoría republicana, y al menos 51 se fueron del estado, indicó Josh Rush Nisenson, portavoz de la bancada demócrata de la cámara baja.
“Esta no es una decisión que tomemos a la ligera, pero lo hacemos con absoluta claridad moral”, dijo Wu en un comunicado.
Los legisladores salieron del estado el domingo y la mayoría se dirigió a Illinois, donde el gobernador J.B. Pritzker les ofreció apoyo en las últimas semanas.
Pritzker, que ha sido uno de los críticos más abiertos de Trump durante su segundo mandato, sostiene conversaciones discretas con los demócratas de Texas hace semanas, con el fin de ofrecerles su apoyo si decidían salir del estado para que no hubiera quórum.
“Esto no se trata sólo de manipular el sistema en Texas, sino que se trata de manipular el sistema en contra de los derechos de todos los estadounidenses durante años”, manifestó Pritzker el domingo por la noche.
Además del grupo de Illinois, delegaciones de legisladores demócratas salieron de Texas hacia Boston y Albany, Nueva York, entre otros lugares, dijo el representante Trey Martinez Fischer.
El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, aumentó la presión y señaló que si los legisladores no regresan al inicio de la sesión del lunes a las 15:00 hora local (17:00 en la Argentina), procederá a expulsarlos de sus cargos, aunque no tiene autoridad para tomar esa decisión.
“Estas ausencias fueron premeditadas con un propósito ilegítimo”, dijo Abbott, quien argumentó que equivalen a “un abandono o renuncia a un cargo estatal electo”.
“Este ausentismo termina ahora”, declaró el gobernador republicano en un comunicado emitido por su oficina el domingo por la noche. Abbott también planteó que los legisladores podrían haber cometido delitos graves al recaudar dinero para ayudar a pagar las multas que enfrentarían.
Dustin Burrows, presidente de la Cámara de Representantes de Texas, indicó que ese recinto celebraría su sesión según lo previsto el lunes por la tarde.
“Si no hay quórum para entonces, retomando los argumentos recientes de algunos de mis colegas demócratas, todas las opciones estarán sobre la mesa”, publicó en la red social X.
Por su parte, el fiscal general estatal Ken Paxton, quien aspira a un escaño en el Senado federal, declaró en la misma red social que los demócratas que “intenten huir como cobardes deben ser hallados, arrestados y llevados de vuelta al Capitolio de inmediato”.
Los legisladores demócratas han desestimado la amenaza. La representante estatal Ann Johnson dijo el lunes a CNN: “Creo que demuestra lo desesperados que están” los republicanos.
La negativa de los legisladores de Texas a presentarse es una infracción civil de las normas legislativas. La Corte Suprema estatal determinó en 2021 que los líderes de la cámara baja tenían la autoridad para “obligar físicamente la asistencia” de los miembros ausentes, pero no se forzó a ningún demócrata a regresar al estado después de que se emitieron órdenes judiciales ese año. Dos años después, los republicanos impulsaron nuevas reglas que permiten castigar con multas diarias de 500 dólares a los legisladores que no se presenten a trabajar.
La falta de quórum también retrasará las votaciones sobre el alivio por inundaciones y nuevos sistemas de alerta tras las catástrofes climáticas del mes pasado en Texas, en las que murieron al menos 136 personas. Los demócratas habían pedido votaciones sobre la respuesta a las inundaciones antes de abordar la redistribución de distritos, y han criticado a los republicanos por no llevarlas a cabo.
La manipulación partidaria del mapa electoral es una disputa política de larga data en Estados Unidos, especialmente desde que el análisis asistido por computadora ayuda a refinar la creación de mapas que favorezcan a uno u otro partido en función de la distribución de población en los distritos.
La Corte Suprema determinó que solo los tribunales estatales pueden decidir sobre la legalidad de estos cambios.
Agencias AP y AFP