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Xabi Alonso llevaba mucho tiempo avisando con Camavinga

El fútbol, a veces, encuentra en la juventud su espejo más puro. En el Clásico frente al Barcelona, el primero de la temporada, Eduardo Camavinga fue ese reflejo. Su energía, su atrevimiento y su madurez precoz condensaron en 90 minutos la revolución silenciosa que Xabi Alonso está construyendo en el Real Madrid. El entrenador tolosarra llevaba tiempo avisando: “Estamos construyendo una base sólida”. Aquella frase, pronunciada en la víspera de su segundo gran examen en el banquillo blanco, frente al PSG llegó casi sin tiempo, se tradujo en hechos sobre el césped.
Nueva posición desbloqueada: extremo derecho
Xabi Alonso movió el tablero para dar entrada al francés en una posición inesperada, y el resultado fue brillante. Camavinga respondió con números que hablan por sí solos: 22 de 26 pases precisos (85%), 8 de 12 duelos terrestres ganados, tres recuperaciones, tres regates completados de tres intentos y tan solo una pérdida. “Nueva posición desbloqueada: extremo derecho”, escribió después el propio jugador en redes sociales, celebrando su metamorfosis con humor y confianza.
El arma secreta e inesperada de Xabi Alonso
Desde su llegada a Madrid, Camavinga ha sido un futbolista adelantado a su tiempo. Capaz de recuperar, construir y adaptarse a cualquier escenario, su versatilidad lo ha convertido en una pieza irrepetible. Con Xabi Alonso, esa polivalencia encuentra su contexto ideal. El nuevo entrenador busca un equipo más dinámico, que combine presión alta, posesión inteligente y movilidad constante. No pretende romper con la identidad histórica del club, sino evolucionarla hacia un fútbol más moderno y colectivo. “Quiero encender a la afición, que digan: Ese es mi Real Madrid”, confesó su primer día al mando.
Portada de MARCA con la presentación de Xabi Alonso.
En ese proceso, el francés encaja como pocos. Puede actuar de mediocentro, interior, lateral circunstancial y ahora también de extremo; interpreta el juego con una madurez impropia de su edad y aporta una energía inagotable en cada zona del campo. “Estoy expectante porque ha estado poco tiempo disponible con nosotros. Creo que tiene un potencial enorme y muchísimas cualidades. Dentro del proyecto colectivo hay proyectos individuales, y él es uno de ellos”, confesó Alonso al ser preguntado por el jugador durante su recuperación de una lesión que le apartó del Mundial de Clubes y del inicio de temporada. “Individualmente tiene cosas muy diferentes. Desde el 6, con su conducción puede romper líneas. No es estático, es dinámico”.
Todo el equipo ha hecho un gran partido, pero Eduardo ha estado excepcional
Esa es, precisamente, la esencia del nuevo Real Madrid: futbolistas que representen el cambio con hechos, no con palabras. La evolución del equipo pasa por quienes entienden el juego desde la inteligencia, la entrega y la adaptación. Camavinga simboliza ese espíritu. Aunque aún debe pulir ciertos aspectos (la gestión emocional, las pérdidas en zonas comprometidas y la concentración defensiva), su techo sigue siendo altísimo. Un comodín perfecto que puede adaptarse a todo lo que demanda el entrenador.
Tras el Clásico, Alonso no escondió su satisfacción: “Hemos jugado con futbolistas que tienen dinamismo para ocupar diferentes posiciones. Necesitábamos dominar el centro del campo y no ser débiles en esa zona. Todo el equipo ha hecho un gran partido, pero Eduardo ha estado excepcional”. En esa declaración se resume el presente y el futuro de Camavinga: un talento en plena construcción, guiado por un entrenador que ve en él algo fundamental para lograr lo que tanto ansía: un equipo más dinámico, capaz de dominar la posesión, presionar alto y mover la pelota con criterio.







