Los 5 récords deportivos ‘imposibles’ de batir

En el mundo del deporte, los récords están hechos para romperse. Sin embargo, hay marcas tan extraordinarias, tan fuera del alcance del resto, que parecen esculpidas en mármol. Son hazañas que no solo resisten el paso del tiempo, sino que ensalzan a sus protagonistas al panteón de lo legendario. Aquí repasamos cinco récords deportivos que, hoy por hoy, parecen imposibles de superar, hazañas individuales que han trascendido su disciplina y que resisten el paso de los años con una sola pregunta en el aire: ¿quién podrá igualarlas?

Duplantis vuela a 6,28

La pasada semana, el sueco Armand Duplantis volvió a elevar el listón del atletismo mundial al superar los 6,28 metros en la Diamond League de Estocolmo. Esta nueva marca mundial no solo reafirma su dominio absoluto en el salto con pértiga, sino que también subraya una realidad casi inquietante: el único que puede batir a Duplantis es el propio Duplantis.

Desde que en 2020 rompiera por primera vez el récord del mundo (entonces en manos de Renaud Lavillenie), el sueco ha ido superando su propia plusmarca en varias ocasiones, demostrando un dominio técnico, físico y mental que parece de otro planeta. A sus 25 años, aún tiene margen de mejora. Pero más allá de su progresión personal, la brecha con el resto de competidores hace pensar que su récord perdurará mucho más allá de su retirada.

Los 14 Roland Garros de Rafa Nadal: el rey de la tierra 

Si el tenis se jugara exclusivamente en tierra batida, Rafael Nadal sería el número uno eterno. El manacorí ha ganado la friolera de 14 títulos de Roland Garros, el torneo más exigente y agotador del circuito, conocido por su lentitud y por exprimir al máximo la resistencia física y mental de los jugadores.

Desde su primer título en 2005 hasta el último en 2022, Nadal ha dominado en París con una autoridad insólita. Solo ha perdido cuatro partidos en toda su carrera en la Roland Garros. En una era donde el ‘big three’ (Federer, Djokovic, Nadal) elevó la vara del tenis a niveles sobrehumanos, lo de Rafa en París es un capítulo aparte. Para que otro tenista iguale esa marca, necesitaría ganar el torneo 14 veces y hacerlo en un contexto donde las carreras deportivas duran, como mucho, 15 años al más alto nivel. Una quimera.

Bolt y sus 9.58: la velocidad como arte mayor

El 16 de agosto de 2009, en el Mundial de Atletismo de Berlín, el jamaicano Usain Bolt firmó lo que para muchos sigue siendo el récord más asombroso del atletismo moderno: 9.58 segundos en los 100 metros lisos. Fue una explosión de potencia, zancada y técnica que dejó al mundo boquiabierto.

Desde entonces han pasado 16 años y nadie ha estado ni cerca de igualar esa marca. El propio Bolt, retirado en 2017, no volvió a acercarse. Hoy, en una era donde se analiza cada microsegundo, con tecnología punta y biomecánica avanzada, el 9.58 sigue siendo intocable. Solo una combinación perfecta de genética, entrenamiento y mentalidad podría aspirar a acercarse. Pero por ahora, el rayo jamaicano sigue siendo el más rápido de todos los tiempos.

Wilt Chamberlain y sus 100 puntos: una noche irrepetible

En el universo NBA, los números abundan, pero hay uno que brilla con luz propia desde hace más de seis décadas: los 100 puntos que anotó Wilt Chamberlain el 2 de marzo de 1962 en un partido entre los Philadelphia Warriors y los New York Knicks. Sin línea de tres puntos, sin tiempos modernos ni ritmo frenético, Chamberlain lo hizo todo en la pintura.

Ni Kobe (81 puntos en 2006), ni Jordan, ni LeBron han estado cerca. En una liga cada vez más colectiva y defensiva, y donde las rotaciones impiden que un solo jugador acapare todo el protagonismo, parece impensable que alguien pueda repetir semejante hazaña. Ni en playoffs, ni en temporada regular. Es una marca más cercana al mito que a la realidad contemporánea.

Michael Phelps y sus 28 medallas olímpicas

Si hay una figura que personifica el dominio absoluto en unos Juegos Olímpicos, ese es Michael Phelps. El nadador estadounidense acumuló 28 medallas olímpicas (23 de oro, 3 de plata y 2 de bronce) entre Atenas 2004 y Río 2016. Ningún otro atleta, en ninguna disciplina, ha alcanzado semejante nivel de excelencia sostenida.

Phelps no solo fue un fenómeno físico: su longevidad, versatilidad y mentalidad lo convirtieron en una máquina competitiva capaz de rendir al más alto nivel durante cuatro ediciones olímpicas. Superar su récord implicaría ganar al menos siete medallas por edición… durante cuatro Juegos consecutivos. Un objetivo tan descomunal que parece reservado, si acaso, para otro nadador extraterrestre… que aún no ha nacido.