Colombia
receptivas, inclusivas y adaptables’, dice Carlo Ratti, experto que estará en Bogotá en la cumbre de ONU Hábitat

“Las ciudades deben resistirse a las soluciones universales”. Así lo afirma el profesor del Laboratorio de Ciudades Sensibles del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts, MIT) y catedrático del Politécnico de Milán, al referirse a que no existe una receta igual para todas las urbes y quien destaca que el sistema BTR (TransMilenio) y la ciclovía de Bogotá se han convertido en casos de estudio global.
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Carlo Ratti fue curador de la Bienal de Arquitectura de Venecia en febrero pasado, donde se analizaron los desafíos de la arquitectura para adaptarse a un mundo cambiante, y es uno de los expertos que asistirá al encuentro global de ciudades de ONU Hábitat que se realizará este jueves y viernes en Bogotá.
Ratti es arquitecto e ingeniero especializado en el futuro de las ciudades y es considerado uno de los diez académicos más citados en urbanismo y es uno de los diseñadores más destacados de Estados Unidos. Es fundador de CRA-Carlo Ratti Associati y de varias start-ups tecnológicas, ha desarrollado proyectos en cinco continentes y publicado más de 750 artículos.
Ha sido reconocido por medios como Wired y Fast Company. Su trabajo, exhibido en espacios como el MoMA y la Expo Dubái 2020, explora la innovación urbana y el diseño tecnológico sostenible. Ratti accedió a contestar preguntas para EL TIEMPO.
Carlo Ratti, profesor del Laboratorio de Ciudades Sensibles del MIT Foto:archivo particular
Usted viene a Bogotá como invitado para el Día Mundial de las Ciudades. Como uno de los académicos y diseñadores más destacados del mundo, ¿qué sabe de Bogotá y cómo la describe desde una perspectiva arquitectónica y urbana?
Visitó Bogotá varias veces, aunque no diría que la conozco muy bien. Me ha intrigado desde hace tiempo como ciudad líder en experimentación urbana. Después de todo, Bogotá es la única ciudad que ha ganado el León de Oro en la Bienal de Venecia (es 2006 recibió el premio en la categoría de Mejor ciudad por su transformación de los últimos años.).
En el ámbito de la movilidad, proyectos como TransMilenio (el sistema BRT) y la ciclovía, que recuperan calles para la gente cada domingo, se han convertido en casos de estudio global. Estos casos muestran cómo las intervenciones locales, cuando se escalan y se adoptan, pueden cambiar las trayectorias urbanas.
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Durante el Día Mundial de las Ciudades en Bogotá, el tema es ‘ciudades inteligentes al servicio de las personas’. ¿Cómo definirías una ciudad inteligente que realmente sirva a sus ciudadanos?
Diría que una Ciudad Sensibleque también es el nombre de nuestro laboratorio de investigación en el MIT. No me gusta el término “ciudad inteligente”, que a menudo implica un control vertical, guiado únicamente por la tecnología. Las ciudades deben ser, ante todo, personas: receptivas, inclusivas y adaptables. Es una cuestión de enfoque. Una ciudad sensata utiliza la tecnología no por sí misma, sino para escuchar y servir mejor a sus ciudadanos..
Centro de Convenciones Ágora Bogotá Foto:Néstor Gómez. EL TIEMPO
Desde su perspectiva, y calculando en los laboratorios de innovación urbana con los que trabaja, ¿qué rumbo deben tomar las ciudades para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos?, ¿qué papel juega la tecnología en el diseño de las ciudades?
Las ciudades deben resistirse a las soluciones universales. Lo más importante es la inteligencia contextual: la capacidad de observar, escuchar y cocrear con las comunidades locales. La tecnología puede desempeñar un papel importante: nos permite mapear flujos, medir el cambio, visualizar la equidad y simular futuros. Pero nada de esto importa si olvidamos los factores fundamentales: acceso, dignidad y pertenencia.
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¿Cómo debería una ciudad inteligente —o sensata— abordar los desafíos del cambio climático? ¿Qué tipo de relación debería existir entre los seres humanos y el entorno construido?
La arquitectura y la planificación se han centrado durante mucho tiempo en la mitigación: reducir las emisiones y nuestro impacto en el planeta. Sin embargo, hoy también debemos pensar seriamente en la adaptación. El carbono que ya está presente en la atmósfera nos indica que cierto impacto es inevitable. El aumento de las temperaturas, el incremento de las precipitaciones y la pérdida de biodiversidad exigen que el entorno construido también se centre en la adaptación..
En la Bienal de Arquitectura 2025, propusimos la idea de alianzas entre lo natural y lo artificial. Pensemos en humedales, que también funcionan como infraestructura contra inundaciones, o en bosques, que actúan como reguladores del microclima. No se trata de volver a la naturaleza en un sentido nostálgico, sino de trabajar con ella de una manera más deliberada.
Cada año miles de personas visitan este lugar. Foto:Archivo EL TIEMPO – TikTok @anasolecitou
¿Puede el diseño de una ciudad ayudar a abordar problemas como la seguridad urbana o la delincuencia?
Por supuesto. La difunta urbanista Jane Jacobs nos recordó que la atención en la calle es importante. Un espacio público bien diseñado puede generar condiciones para la confianza y la supervisión colectiva. Pero más allá de la visibilidad, el diseño también puede ayudar a construir comunidades más sólidas. Puede fomentar la densidad de encuentros: espacios donde diferentes grupos coexisten e interactúan. La arquitectura puede reconstruir el tejido urbano.o, creando continuidad donde antes había ruptura. No es una panacea, pero es una herramienta poderosa dentro del ecosistema más amplio de la resiliencia urbana.
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¿Qué enfoque arquitectónico recomendaría para las ciudades que aún tienen la oportunidad de construir nuevos complejos urbanos?
Primero: construir menos. En una época de emergencia climática y transición demográfica, la acción más radical podría no ser construir, o construir de forma diferente. Priorice la reutilización, la modernización y la transformación. Y si realmente necesitas construir en terrenos vírgenes, aprende de la lógica de la naturaleza. En términos de energía y circularidad, un árbol sigue siendo mucho más inteligente que cualquier edificio que podamos diseñar.
GUILLERMO REINOSO RODRÍGUEZ
Editora de Bogotá
En X: @guirei24







