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América Latina crecerá solo 2,2 por ciento este año, según la Cepal

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La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) publicó su informe anual Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2025, en el que reafirma que la región continúa atrapada en una senda de bajo crecimiento económico, caracterizada por una débil demanda interna, menor dinamismo del comercio global y mayores vulnerabilidades externas. 

Para Colombia, si bien se espera una leve aceleración frente a los dos años anteriores, los riesgos estructurales persisten y exigen acciones concretas en materia de productividad, inversión, integración financiera y sostenibilidad fiscal.

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Según el informe, el producto interno bruto (PIB) real de América Latina y el Caribe crecerá en promedio un 2,2 por ciento en 2025 y un 2,5 por ciento en 2026. En el caso de Colombia, la Cepal proyecta un crecimiento del 2,3 por ciento para este año, por encima del promedio regional y de países como México (con 0,3 por ciento) y Brasil (con 2,3 por ciento).

Esta estimación está sustentada en un repunte del consumo interno, la estabilización de la inversión y un leve repunte en el sector minero-energético, impulsado por la demanda externa y una mejor coordinación macroeconómica.

A pesar de esta proyección favorable para el país, el informe alerta sobre un contexto de elevada incertidumbre global que podría frenar ese desempeño. Entre los factores que limitan las perspectivas económicas para 2025 y 2026 se encuentran las tensiones geopolíticas, la fragmentación de las cadenas de suministro, condiciones financieras internacionales aún restrictivas y un debilitamiento persistente del comercio internacional. Todo esto, combinado con desafíos internos como la baja productividad, la informalidad laboral y el acceso desigual al crédito, puede frenar el despegue económico colombiano.

La Cepal advierte que América Latina y el Caribe se encuentra en una “trampa del desarrollo”, marcada por cuatro factores: bajo crecimiento, alta desigualdad, escasa movilidad social y persistentes brechas estructurales. Aunque Colombia ha logrado avances en inclusión social, ampliación de transferencias monetarias y acceso a servicios, el país continúa presentando una alta dependencia de sectores primarios y una limitada transformación productiva.

“Colombia necesita acelerar su transición hacia sectores de mayor valor agregado, con énfasis en la industria verde, la digitalización y la economía del conocimiento. El modelo basado en recursos naturales ha llegado a un límite”, señaló José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal, durante la presentación del estudio.

A nivel subregional, América del Sur liderará el crecimiento regional en 2025, con una expansión del 2,7 por ciento, impulsada por la recuperación de Argentina (5 por ciento) y Ecuador (1,5 por ciento), el buen desempeño de Colombia (2,5 por ciento) y la sólida expansión de Paraguay (4,0 por ciento). Sin embargo, para 2026 se prevé una desaceleración moderada en toda la subregión, pero con Colombia con a un crecimiento proyectado del 2,7 por ciento.

En contraste, Centroamérica y México apenas crecerán 1,0 por ciento en 2025, afectados por la menor demanda externa de Estados Unidos. El Caribe, excluyendo a Guyana, mostrará un crecimiento del 1,8 por ciento, condicionado por los altos costos logísticos, la caída del turismo y la elevada deuda externa.

Guyana superó a Venezuela en exportaciones petroleras. Buque de ExxonMobil (foto). Foto:ExxonMobil

Para 2025 y 2026, el crecimiento del empleo se mantendrá bajo en toda la región. En Colombia, la creación de empleo formal ha mostrado señales de recuperación desde el segundo semestre de 2024, pero, dice el informe que sigue marcada por la informalidad, especialmente en zonas rurales y entre mujeres y jóvenes.

La Cepal proyecta que la tasa de desocupación regional se estabilizará en torno al 5,6 por ciento, aunque con importantes diferencias entre países. En Colombia se espera que la tasa baje ligeramente hasta ubicarse alrededor del 9 por ciento, pero con una informalidad laboral persistente superior al 55 por ciento.

Además, aunque la inflación regional se mantendría relativamente estable, los riesgos de presiones inflacionarias al alza, derivadas de conflictos globales o choques en los precios de alimentos y energía, siguen presentes.

En respuesta a este panorama, el Estudio Económico 2025 propone una estrategia centrada en la movilización de recursos para financiar el desarrollo. El informe plantea tres ejes prioritarios: movilización de recursos internos, atracción de capital externo y fortalecimiento de la banca de desarrollo.

En cuanto al primer eje, la Cepal recomienda avanzar hacia una reforma fiscal que mejore la progresividad del sistema tributario, reduzca la evasión y racionalice los beneficios tributarios. Para Colombia, esto implica consolidar los esfuerzos recientes en digitalización de la Dian, modernización del catastro y seguimiento al gasto público, sin afectar negativamente la inversión ni el consumo de los hogares.

En el segundo eje, la atracción de recursos externos debe alinearse con la agenda de desarrollo. El informe sugiere que países como Colombia deben escalar la inversión extranjera directa con enfoque en innovación, manufactura avanzada, transición energética y servicios basados en el conocimiento. Para ello, será necesario fortalecer los mercados de capital y diversificar instrumentos como bonos verdes, financiamiento mixto y alianzas público-privadas.

Muchos estadounidenses sienten que ganan menos de lo necesario. Foto:iStock

Finalmente, la Cepal insiste en el papel estratégico de la banca de desarrollo. En Colombia, entidades como Bancóldex y Findeter deben ampliar su capacidad de crédito, asumir más riesgos en sectores innovadores y facilitar el acceso al financiamiento de mipymes, mujeres empresarias y comunidades rurales. Además, propone impulsar iniciativas regionales como un ‘Fondo latinoamericano de inversión para la transición justa’, que articule recursos multilaterales y privados hacia metas climáticas y productivas.

El estudio concluye que, a pesar del leve repunte proyectado para Colombia en 2025, la economía nacional sigue expuesta a vulnerabilidades internas y externas que pueden frenar su senda de recuperación. La Cepal recomienda a los gobiernos adoptar una visión estratégica de largo plazo, donde el crecimiento económico esté articulado con una agenda de transformación productiva, cohesión social y sostenibilidad ambiental.

“La única forma de romper con el estancamiento estructural de la región es mediante políticas ambiciosas y coordinadas que impulsen la inversión, la diversificación y la integración regional”, insistió Salazar-Xirinachs.

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