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Economia

Cobre: el termómetro volátil de la economía global en 2025

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El episodio más abrupto del año ocurrió entre el 30 y 31 de julio, cuando el precio cayó 22% tras el anuncio de un arancel del 50% en Estados Unidos sobre productos semiterminados intensivos en cobre. ¿Cómo cierra el 2025?

El 2025 ha sido un año especialmente movido para los metales, con el oro y la plata alcanzando nuevos máximos. Sin embargo, el cobre ha sido el que mostró los movimientos más bruscos, razón por la cual vale la pena revisarlo con detalle y proyectar qué puede venir en 2026. Quienes me leen saben que el cobre es uno de mis indicadores favoritos, no solo por su importancia histórica sino porque actúa como un verdadero termómetro de la economía global. Su uso es tan transversal —construcción, industria, tecnología, energía y transporte— que se ha ganado el apodo de “Dr. Copper”, el metal capaz de diagnosticar la salud económica mundial. Además, con la creciente oferta de ETF y fondos especializados, se ha convertido en un activo cada vez más común en los portafolios.

El episodio más abrupto del año ocurrió entre el 30 y 31 de julio, cuando el precio cayó 22% tras el anuncio de un arancel del 50% en Estados Unidos sobre productos semiterminados intensivos en cobre. Aunque la medida no incluía el cobre refinado —la materia prima más usada por la industria estadounidense— la incertidumbre llevó el precio a niveles de noviembre de 2024, como se aprecia en el gráfico 1. Una vez descartadas nuevas medidas arancelarias, el mercado volvió a moverse por sus fuerzas estructurales: una producción concentrada en Chile (24%), la República Democrática del Congo (14%) y Perú (12%), y un consumo dominado por China, que representa entre el 50% y 60% de la demanda global. Justamente, la reciente decisión del gobierno chino de priorizar el crecimiento económico en 2026, sumada a la tregua arancelaria con Estados Unidos, reactivó el optimismo sobre un mayor consumo del metal, impulsando la recuperación del precio tras la caída de junio.

Gráfico 1. Elaboración propia. Datos: Investing.

A esto se suma la expectativa de un déficit global para 2026, estimado entre 150.000 y 590.000 toneladas. La oferta crecería alrededor de 2%, mientras la demanda lo haría cerca del 2,8%, impulsada por la transición energética, la inteligencia artificial, la expansión de centros de datos y el avance de los vehículos eléctricos. Este escenario ya empieza a verse en los precios de los contratos futuros: mientras el contrato de diciembre de 2025 ronda los US$5,34 por 25.000 libras, el de diciembre de 2030 supera los US$6,66.

El cobre sigue siendo un excelente indicador de la salud de la manufactura mundial, pero hoy su importancia va mucho más allá. Se ha convertido en un insumo crítico para la electrificación, la infraestructura digital y la economía impulsada por la IA. El “Dr. Copper” ya no solo mide el pulso industrial, sino que también anticipa la velocidad de la transformación tecnológica. Si la tendencia hacia un mercado deficitario se mantiene en 2026, este metal podría consolidarse como uno de los grandes protagonistas del próximo año, tanto para analistas como para inversionistas.

Por: Gregorio Gandini*
*El autor es fundador de Gandini Análisis, plataforma donde crea contenido de análisis sobre mercados financieros y economía. También es el creador del podcast Gandini Análisis y se desempeña como profesor en diferentes universidades en temas asociados a finanzas y economía.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.

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