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Como Colombia esta remplazando exportaciones de petroleo y carbon que esta perdiendo

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Luego de tres años de tomarse decisiones contra los sectores responsables de las dos principales exportaciones colombianas, petróleo y carbón, la idea de que lo que se deje de producir por ese lado sea compensado por otros productos está lejos de ser realidad, como salta a la vista al analizar la suerte que han corrido las ventas totales de bienes al exterior durante ese periodo.

El primer rubro de exportaciones de Colombia es el de petróleo y sus derivados, con el 30 por ciento del total en 2024. Por su parte, el carbón (todas las hullas, coques y semicoques), es el segundo, con 14 por ciento el año pasado.

Mientras se toman medidas para debilitar esas actividades -con el objetivo de depender menos de ellas tanto en el comercio exterior como en la economía en general-, durante este tiempo se ha visto una caída muy importante en la magnitud de las exportaciones de petróleo y carbón, mientras que en el resto de exportaciones hay crecimiento. A primera vista, ese es el efecto esperado para una economía que crece gracias a la diversificación y en trance de ser más limpia.

Sin embargo, la realidad muestra que el total de las exportaciones colombianas de bienes cae. Surge, entonces, la pregunta de si el crecimiento de las exportaciones distintas al petróleo y el carbón está o no tapando el hueco que deja la caída de esos minerales, como se lo propone el Gobierno.

La respuesta está en el resultado de las ventas colombianas al exterior en los últimos años, y ese examen muestra lo siguiente:

El balance del cambio en las exportaciones colombianas durante tres años

Desde los 12 meses terminados en agosto del 2022, las exportaciones anuales de carbón y petróleo cayeron desde el 53,4 por ciento del total que representaban en ese momento a solo el 41,1 por ciento en el año terminado en abril pasado, tal y como se supone que se está buscando con las decisiones del Gobierno para una transición.

Con la idea del Gobierno, si esas políticas funcionan y hay un repliegue inducido de la producción mineroenergética, la reconversión de la economía se debe expresar en el fortalecimiento de otras actividades, como por ejemplo la producción adicional que debería venir del proceso de reindustrialización que se ha prometido. Pero, en palabras de Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) “durante los últimos años hemos tenido una pérdida muy importante de dinamismo en el sector industrial, como en la mayoría del sector productivo colombiano”.

Esto, en las cifras oficiales del Dane, se ve en que para el año completo terminado en abril pasado, la producción manufacturera se cayó 4,9 por ciento en comparación con los 12 meses terminados en agosto del 2022, cuando comenzó la política de reindustrialización.

Entre tanto, las exportaciones anuales de carbón y petróleo y sus derivados bajaron de 29.349 millones de dólares en el año terminado en agosto del 2022 a 20.507 millones de dólares en el terminado en abril de 2025. El desplome es de 8.841 millones de dólares, en otras palabras, de más del 30 por ciento.

Las ventas de carbón al exterior sufren una reducción dramática. Foto:Manuel Pedrza, Archivo / EL TIEMPO

Solo en petróleo y derivados, la caída fue de 4.387 millones de dólares, el 23 por ciento, en tanto que en carbón fue de 4.455 millones de dólares, es decir, una reducción del 42 por ciento. “Sectores que habían sido líderes en el funcionamiento de nuestra economía -dice Mac Master- fueron marchitados con un discurso ideológico”.

Sergio Cabrales, profesor, investigador y consultor del sector mineroenergético, menciona que las exportaciones tanto de petróleo como de carbón se han visto afectadas por reducciones en los precios.

“El precio del carbón en Rotterdam -recuerda Cabrales- superó los 450 dólares por tonelada en 2022, con un promedio anual de 350 dólares por tonelada. Actualmente, los precios se sitúan en torno a los 100 dólares”.

Pero además de la caída del valor en dólares de esas ventas al exterior, en lo corrido del presente año el flujo diario en volumen de petróleo y derivados exportados es 3,2 por ciento inferior al visto durante el 2022. Y en carbón, ese volumen es 35,4 por ciento menos de toneladas al día.

De acuerdo con Cabrales, la producción de carbón y de petróleo también ha sido afectada por factores internos como los atentados y bloqueos a la infraestructura de transporte de carbón, “entre los que se destacan el tren de Cerrejón, el oleoducto Caño Limón–Coveñas y el oleoducto Bicentenario”.

El crecimiento de otras exportaciones y lo que alcanzan a compensar

Frente a esa disminución en las ventas mineroenergéticas, las exportaciones de todos los demás bienes que envía Colombia al exterior pasaron de 25.657 millones de dólares anuales en agosto del 2022 a 29.357 millones de dólares anuales en abril pasado. El crecimiento es de 3.700 millones de dólares o del 14,4 por ciento para esos casi tres años.

Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex) explica que “el incremento de nuestras exportaciones no mineroenergéticas, en buena medida, responde a lo que ha sucedido en los mercados internacionales: una mayor demanda, un incremento de precios y la búsqueda de proveedores más cercanos. Todo ello, nos ha permitido crecer, particularmente, en productos agrícolas y agroindustriales”.

En este resultado, hay un papel significativo del café, en donde han confluido volúmenes de producción importante con precios internacionales récord. Al respecto, Mac Master comenta que ante el crecimiento de este sector “que depende inmensamente de las condiciones internacionales … afortunadamente, la Federacion respondió y pudimos aprovechar los buenos precios, de lo contrario, Colombia estaría en más problemas de los que tenemos hoy día”.

Con todo, el incremento visto en las exportaciones de bienes distintos al petróleo y el carbón no alcanza a tapar ni la mitad del hueco que está quedando por la caída de esos minerales. Por cada dólar que se ha ganado en el resto de exportaciones de bienes, se han perdido 2,4 dólares de ventas en carbón y petróleo y sus derivados.

Incluso, si se tienen en cuenta las exportaciones de servicios, hay un crecimiento del 2022 a noviembre del 2024 (dato del Dane más reciente disponible) de 1.367 millones de dólares anuales, que si se suma al aumento de bienes no mineroenergéticos tampoco alcanza a tapar el hueco que están dejando el petróleo y el carbón.

Para Cabrales, “no se trata de compensar las pérdidas del petróleo y el carbón sino de recuperar las rentas del sector mineroenergético ajustando los factores internos y aumentando el valor agregado de las exportaciones de todos los sectores“.

En síntesis, el crecimiento necesario para compensar la caída de petróleo y carbón está rezagada y debería ser 138 por ciento superior a lo visto hasta ahora, no para crecer sino para, al menos, mantener el valor total de las exportaciones.

En total, tras las sumas y restas, Colombia hoy está exportando 5.141 millones de dólares anuales menos -el 9,3 por ciento menos- de cualquier producto, de lo que lograba hace 3 años, pues el derrumbe en petróleo y carbón es más del doble de lo que crecen los demás productos.

De tal manera, en todo este periodo observado, en materia de exportaciones no hay transición, no hay sustitución, no hay compensación.

Qué hacer para que las exportaciones no tradicionales compensen la pérdida en petróleo y carbón

Surge entonces la pregunta de qué hacer para que las exportaciones de los demás bienes que produce Colombia sí tengan la posibilidad de compensar en caso de que se persista en la idea de renunciar a los principales productos minero energéticos.

Según Díaz, “necesitamos desarrollar una estrategia exportadora que, mediante la facilitación y menores costos logísticos, nos permita que nuevas empresas ingresen en el mercado exportador y se presente un crecimiento de las ventas al exterior”.

De acuerdo con el presidente de Analdex, Colombia no se caracteriza por ser un país exportador, y hay muy pocas empresas en esa tarea. “A pesar de contar con 9 mil empresas registradas como exportadoras, solo 411 hacen el 90 por ciento de las exportaciones totales. Igualmente nuestras exportaciones per cápita son muy bajas. Colombia debería exportar alrededor de 100 mil millones de dólares y escasamente llegamos a 50 mil millones de dólares”.

Así, el líder gremial sugiere que la estrategia exportadora debería permitir que vender al exterior sea más rentable que vender en el mercado doméstico. Esto se lograría, dice, “disminuyendo los costos logísticos que hoy llegan al 17,9 por ciento del precio del producto, cuando nuestros competidores en promedio tienen 9,5 por ciento. Desregular, simplificar y facilitar debería ser la consigna. Tener procesos y trámites electrónicos, con documentos digitales, controles con tecnología e inteligencia artificial, están dentro de las tareas”.

Agrega que se se requiere inteligencia y diplomacia comercial y sanitaria para aprovechar las oportunidades que la coyuntura ofrece.

El efecto económico para Colombia de la decadencia en la actividad petrolera

Mientras hay efectos notorios en las exportaciones del freno a la actividad mineroenergética, también se vienen manifestando preocupaciones sobre efectos en los empleos, en menores aportes por impuestos y regalías, así como en menores compras de bienes y servicios en las regiones y en las poblaciones.

La reducción de las actividades relacionadas con las dos principales exportaciones, carbón y petróleo, generan un efecto dominó pues siempre han propiciado encadenamientos productivos asociados a ellas. También hay temores por el destino que tengan inversiones sociales y ambientales.

De acuerdo con Frank Pearl, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP), al tener en cuenta el impuesto de renta, las regalías, derechos económicos y otros, “los aportes de la industria de exploración y producción de petróleo y gas en Colombia fueron de 25,7 billones de pesos en 2023 y para 2024 se estiman en 24,1 billones de pesos”.

Hay preocupación por los efectos en impuestos, empleo y otros aportes del freno al sector petrolero Foto:Ecopetrol

Según el directivo, “la disminución obedece a menor producción, menor precio y mayores costos de producción”.

Sobre el empleo, la ACP señala que en el 2024, la actividad petrolera permitió mantener 360.000 puestos de trabajo entre empleo directo e indirecto. Pero ahora, “la tendencia a la baja en las inversiones anticipa un impacto negativo en el empleo, especialmente en la vinculación de mano de obra local”, dice Pearl.

Los recursos de inversión extranjera que Colombia viene perdiendo

También, hay un impacto notable en la inversión extranjera directa que recibe Colombia. Según la Balanza de Pagos que contabiliza el Banco de la República, esta inversión, en total, pasó de 17.182 millones de dólares en el 2022 a 14.269 millones de dólares en el 2024, para una pérdida de 2.913 millones de dólares anuales o del 17 por ciento. Pero es diciente que la quinta parte de esa pérdida la ha puesto el sector petrolero, aunque no deja de ser de resaltar que las otras cuatro quintas partes de menor inversión extranjera son por cuenta del resto de sectores de la economía.

La caída que seguirá para el petróleo ya la tiene el Gobierno calculada, y el Marco Fiscal de Mediano Plazo confirma la senda que prevé el Gobierno de producir cada vez menos: de una extracción calculada para este año de 764.000 barriles diarios en promedio, para el año entrante ya serían solo 757.000 barriles y en el 2037 se piensa en 736.000, sin que se vean avances significativos para que la demanda interna se pueda reducir.

Ese mismo propósito de erosionar la actividad se expresa en el hecho de que entre 2023 y marzo de esta año la firma de nuevos contratos en Colombia es de cero en comparación con 185 adjudicaciones en Brasil o 13 en Perú, según una recopilación hecha por la ACP para ese mismo lapso. Según analiza ese gremio, en el mundo entero se vive una recuperación de la inversión en exploración y producción, con énfasis en proyectos en altamar y uso de fracking pero, además, con protagonismo de América Latina.

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