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Crisis en el café colombiano: un arancel del 50% podría frenar las exportaciones a EE.UU.

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El sector caficultor enfrenta incertidumbre ante la posibilidad de medidas arancelarias por parte de Estados Unidos. Aunque la amenaza inmediata fue retirada, la preocupación persiste.

El sector cafetero colombiano ha atravesado una semana de tensiones comerciales y diplomáticas con su principal socio comercial, Estados Unidos. La posibilidad de un incremento en los aranceles de exportación del café colombiano, que podría alcanzar hasta el 50%, generó una alerta en toda la industria. Aunque el gobierno estadounidense decidió dar marcha atrás con estas medidas, el temor a futuras imposiciones arancelarias sigue latente.

La Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC) y la Asociación Nacional del Café de EE.UU. emitieron un comunicado conjunto resaltando la importancia del café en ambas economías y la necesidad de fortalecer las relaciones comerciales. Colombia es el segundo mayor proveedor de café sin tostar para el mercado estadounidense, que mueve 343 mil millones de dólares anualmente y genera más de 2,2 millones de empleos.

Un sector clave para ambas economías

El café es la principal fuente de sustento para más de 560.000 familias en Colombia. Estados Unidos representa el 40% de las exportaciones del grano, con un valor que supera los 1.100 millones de dólares anuales. Además, la industria cafetera estadounidense aporta el 1,3% del PIB de ese país, lo que la convierte en un sector estratégico para ambas naciones.

En los últimos años, la cotización del café en la Bolsa ICE de Nueva York ha alcanzado precios históricos, con un incremento del 95% en el último año. El pasado 30 de enero de 2025, por cuarto día consecutivo, el café batió un nuevo récord, con un precio de referencia de 3,73 dólares por libra, situando el saco de 125 kilos en 2.932.000 pesos colombianos.

El impacto de las tensiones comerciales

Boris Wullner, gerente general de Green Coffee Company, empresa exportadora con operaciones en el suroeste antioqueño, hizo un balance del 2024, un año de contrastes para la industria. Si bien los altos precios y el aumento en la producción beneficiaron a los caficultores, los costos de recolección y los problemas logísticos en los puertos representaron grandes desafíos.

“El 2024 fue positivo en precios y producción, pero enfrentamos aumentos en costos, especialmente en mano de obra e insumos. Además, hubo dificultades logísticas que afectaron las exportaciones”, explicó Wullner.

Para 2025, la situación se vislumbra desafiante, con una posible reducción del 30% en la producción debido a efectos climáticos y una volatilidad en el mercado que podría afectar la rentabilidad de los productores.

Un posible arancel del 50% podría ser catastrófico

Una de las mayores preocupaciones del sector es la posibilidad de un aumento en los aranceles a la exportación de café colombiano hacia Estados Unidos. Wullner advierte que un incremento del 50% en los aranceles haría inviable la exportación del grano colombiano a ese mercado.

“Con un incremento de aranceles de ese nivel, nos sacaría prácticamente del mercado en algunos sectores. Esto afectaría sobre todo a los productores, ya que los tostadores buscarían otros orígenes como Brasil o Centroamérica”, explicó el empresario.

Actualmente, el café colombiano mantiene un diferencial de 5 a 6 centavos de dólar sobre el precio de la bolsa, muy por debajo de los 40 centavos que se pagaban hace algunos años. Con la imposición de un arancel del 50%, el costo del grano aumentaría en 1,70 dólares, lo que lo haría poco competitivo en el mercado estadounidense.

“Si Estados Unidos impone esos aranceles, el diferencial colombiano podría volverse negativo, es decir, que nos paguen por debajo del precio de la bolsa para compensar el incremento de costos”, explicó Wullner.

Soluciones y perspectivas para el futuro

Para mitigar los riesgos, la industria cafetera colombiana busca fortalecer las relaciones diplomáticas con Estados Unidos y explorar nuevos mercados.

“La clave está en el diálogo y la diplomacia. Necesitamos trabajar de la mano con el gobierno colombiano y estadounidense para garantizar la estabilidad comercial. Si el costo de exportación se dispara, podríamos vernos obligados a cerrar operaciones y dejar a cientos de personas sin empleo”, advirtió Wullner.

Green Coffee Company también ha fortalecido alianzas, como su colaboración con Juan Valdez para ingresar al mercado estadounidense con café tostado. Sin embargo, la incertidumbre arancelaria podría frenar su crecimiento.

Mientras tanto, los caficultores continúan su labor diaria, conscientes de que el mercado global es volátil y que deben adaptarse a los desafíos. La sostenibilidad, la eficiencia y la búsqueda de mercados alternativos son las claves para mantener a flote una industria que ha sido un símbolo de Colombia por generaciones.

 

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