Si decides ir a la guerra contra los árbitros cuenta con que saldrás herido

El Real Madrid está en guerra con los árbitros españoles desde hace mucho tiempo. Antes incluso de que hace dos años exactos conociéramos que el Barcelona estuvo pagando 8,4 millones entre 2001 y 2018 a Enríquez Negreira, vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), para “asegurarse arbitrajes neutrales”, según declaró el propio Negreira a Hacienda sin partirse de la risa. Ante el mayor escándalo del fútbol español en los últimos 50 años todos los estamentos silb los estamentos silbaron y miraron para otro lado porque el negocio del fútbol necesita del Barça, hasta que con su silencio inicial empezaron a quedar tan en evidencia que tuvieron que cambiar rápido de postura. Le pasó a LaLiga. Le pasó a la Federación. Le pasó a los árbitros. Y también al Real Madrid… Entre el honor y el dinero, lo segundo es lo primero.

Pero fue hace trece días cuando el club blanco llevó a cabo una declaración de guerra institucional contra el CTA con una carta pública a la Federación en la que pedía que renovara todo el sistema arbitral, empezando por Medina Cantalejo. El presidente del CTA, al que cuando estalló el escándalo Negreira le faltó tiempo para decir que el vicepresidente de los árbitros no pintaba nada, se está cargando la reputación de los árbitros con la ayuda de Clos Gómez, responsable del VAR. Además de esa carta pidiendo cabezas y cambios, el Madrid lleva años emitiendo en su canal de televisión unos vídeos tendenciosos y carentes de objetividad en los que seleccionan los errores del árbitro que va a pitarles el siguiente partido para presionarle y condicionarle. Con semejante ataque achantarán a algunos árbitros, pero a otros se los pondrán en contra.

El Real Madrid denuncia que el sistema arbitral está desacreditado y tiene razón. Pide una reforma con cambios en la cúpula y tiene razón. Acusa al CTA de instaurar un mecanismo para perjudicarles de forma recurrente y quiero pensar que no tiene razón. Pero si en mitad de esta guerra espera que le piten penaltis dudosos a favor o que no expulsen a Bellingham cuando le dice “jódete” al árbitro, que espere sentado. Si vas a la guerra cuenta con que como poco saldrás herido. Yo prefiero pensar que Munuera no estaba ajustándoles cuentas en Pamplona, sino que solamente es un mal árbitro.