Colombia
De la Gloria del Lujo a la Caída del Abandono: Un Viaje Entre Disputas Legales y Oportunidades Perdidas
Santa Marta, LA Ciudad de los Morros y Las Ensenadas Paradisíacas, Oculta Entre Sus Aguas Narraciones que Pocos Conocen en Profundidad.
Los Que Navegan Entre Sus Playas No Pueden Evitar Mirar Con Curiosidad dos Pequeños Islotes Ubicados en el mar. Uno de Ellos, El Morro de Gaira o Isla PelícanoCaptura Especialmente la Atención por la Estructura que Se Eleva en su Cima: una lujosa residencia que Hoy se Desmorona, Testigo Silencioso de Un Pasado de Festividades extravagantes, confrontaciones legales y negocios oscuros.
Lo que Actualmente es un Cascarón de Concreto consumido Por El Salitre, en Los Años 60 y 70 Constituyó Un Exclusivo Club Náutico, Epicentro de Encuentros de la Alta Sociedad Samaria y Personalidades de Todo El País.
La Historia de Este Morro Está Vinculada Al Nombre de Gustavo Díaz SEGOVIA, Un Visionario Empresario de la Hotelería y la Gastronomía SamariaQuien, Con Astucia e Influencia Política, Consiguió Arrendar la Isla en 1966 Por la Irrisoria Cantidad de 1.800 Pesos Anuales de la Época, Tras Firmar Un Contrato Con el Instituto Colombiano de Reforma Agraria (Incora).
Un Club Exclusivo en Medio del Mar
Díaz SEGOVIA VIO EN EL Morro de Gaira UNA Oportunidad Única. Transformó el islote en un club privado, donde atracaban lujosas embarcaciones y se celebraban espléndidas fiestas que se prolongaban Hasta el Amanecer.
Aspecto General de la Isla Pelícano Frente A Las Playas de El Rodadero, en Santa Marta. Foto:Cortesía Agencia Markaribe
“ERA UN LUGAR AL QUE NO CUALQUIERA PODÍA ACCEDER. SOLO LOS MÁS ADINERADOS DE SANTA MARTA Y SUS INVITADOS”, Recuerda Alberto Rojas, Un Experimentado Pescador Que en Su Infancia Colaboró con Su Padre transportando Suministros Hacia la Isla.
Existen Muchas Leyendas Sobre Las Fiestas en El Club. “Se decía que Allí se Concretaban Negocios IMPORTANTES. Había Abundancia de Licor y Música Durante toda la Nocturna”, Comenta Diego Ramírez, Historiador Barranquillero.
El Negocio Resultó Tan Lucrativo Que Díaz SEGOVIA Logró Renovar Su CONTRATO CON EL INCORA HASTA 1986 Y, VALIÉNDOSE DE UNA NORMATIVA DE LA ÉPOCA intentó quedarse de forma definitiva con el terreno alegando que lo había utilizado por más de 20 años. EN 1978, El Instituto le conferió Oficialmente la Propiedad de Isla Pelícano.
Conflictos legales y abandono
La Asunción del Islote no Pasó Desapercibida. La Procuraduría Inició Una Investigación y Determinó que la Asignación de la Isla a una Persona Particular Era Ilegal, Ya Que Este Tipo de Terrenos Son Bienes DE Uso Público y No Pueden Ser Privatizados. Se Desató Entonces una Contienda Legal que Se Ha Extendido Durante Décadas.
EL Tribunal Administrativo del Magdalena Falló a Favor de Díaz Segovia en 2004, argumentando que había pasado Demasiado Tiempo desde la Adjudicación. Sin embargo, la procuraduría No Se Dio Por Vencida y Presentó Apelación Ante el Consejo de Estado, Que en 2016 Emitió un Fallo en Contra de la familia Díaz y Declaró Nula la Resolución que les otorgaba el Terreno.
La Isla Pelícano Está Sumida en el Olvido. Foto:CORTESÍA KEVIN BOLAÑOS
El Consejo de Estado Estableció que El Morro de Gaira Es un Bien Inalienable e Inembargable.
de la Nación, lo que dejó sin validez la titularidad del Empresario.
La Familia Díaz intentó demandar al Estado por la pérdida del bien, exigiendo una indemnización de 121 mil millones de pesos, pero el Tribunal Administrativo del Magdalena desestimó la demanda.
Los herederos del Empresario Díaz SEGOVIA sostenían que la resolución del Consejo de Estado fue incorrecta y que la duración del proceso, de más de 22 años, constituía una falla en la administración de justicia.
Ante esto, la Agencia de Defensa Jurídica de la Nación argumentó que la prolongación del proceso se debió a su complejidad y a la congestión judicial, sin que esto implicara una irregularidad en la administración de justicia.
“Es un fallo que reafirma la importancia de resguardar el patrimonio público”, declaró César Palomino Cortés, Director de la Agencia.
El Tribunal Administrativo del Magdalena determinó que no existían errores jurisdiccionales ni responsabilidad por parte de la Rama Judicial, confirmando la legalidad de la decisión adoptada por el Consejo de Estado en 2016.
Un Lugar Sumido en la Degrada
Con la caída del Club Náutico, la isla quedó en el deterioro. Ya no arribaban lujosos yates ni fiestas de gala, sino que se transformó en un sitio utilizado por grupos criminales.
El caso más resonante ocurrió en 2017, cuando la Armada Nacional descubrió 124 kilos de cocaína enterrados en el islote, droga que presuntamente pertenecía a la banda criminal Los Pachencas. “Recibimos información de que personas sospechosas se movían por la isla. Al realizar la inspección con perros antinarcóticos, encontramos el alijo listo para ser enviado a Europa”, relató en su momento el Comandante de Guardacostas.
El golpe al narcotráfico confirmó los temores de los residentes de El Rodadero, quienes durante años observaron cómo el lugar pasó de ser un símbolo de opulencia a un refugio para actividades ilegales.
Hoy, Isla Pelícano permanece en el olvido. La majestuosa mansión que alguna vez fue orgullo de la élite samaria es solo un esqueleto en ruinas, con paredes desmoronadas y grafitis que narran su nueva historia.
Algunos residentes han propuesto convertir el lugar en una atracción turística o en un espacio para la educación ambiental. Sin embargo, las disputas legales y la falta de interés del estado mantienen a la isla sumida en el abandono.
Para los pescadores y habitantes de Santa Marta, la historia de Isla Pelícano es una metáfora de la ciudad misma: un lugar lleno de potencial, pero atrapado entre el poder, la corrupción y la indiferencia.
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Roger Urieles para el Tiempo Santa Marta. En x: @rogeruv