Connect with us

Deportes

Esperaba a que mi esposa se durmiera para que no me viera llorar desconsoladamente

Published

on


Cuando Cristiano Piccini, exdefensor de equipos como Fiorentina, Betis, Valencia o Sporting de Portugal entre otros, comenzó su carrera como futbolista en Italia, nunca se imaginó todo lo que iba a tener que sufrir y que vivir. Las lesiones marcaron su trayectoria y le llevaron a pasar por una depresión que ha sido capaz de superar.  

Estás en las nubes, y de repente, te encuentras en cero, lanzado a una realidad que ya no es tuya, que nunca lo ha sido, difícil de asimilar. Hay muchísimas situaciones que pueden desencadenar esto: problemas personales, la pérdida de un familiar, un agotamiento romántico; en mi caso, fue una lesión“, reconoció. 

El de Florencia pasó por muy malos momentos, y haciéndolo solo, sin ayudarse de ningún ser querido ni de nadie. Hasta el punto de estar “esperando a que mi esposa se durmiera para que no me viera llorar desconsoladamente“: Sin embargo, por fortuna, se dio cuenta de que “estaba perdiendo a mi familia, supe que tenía que hacer algo y recuperar mi vida“.

Nos creemos superhéroes, pero no lo somos. No queremos mostrar debilidad, pero es fundamental

Cristiano Piccini

Su manera de hacerlo fue más espiritual y no tan a nivel psicológico: “Empecé a hacer yoga y encontré un profesor con quien hablar. Me sentí bien y me hizo sentir mejor. Empecé desde ahí. Cuando entras en este círculo vicioso, no quieres hacer nada, no quieres hablar con nadie, no quieres parecer débil. Nos creemos superhéroes, pero no lo somos. No queremos mostrar debilidad, pero es fundamental. Tienes que ser honesto contigo mismo, tienes que liberarte de la mierda que llevas dentro, y hacerlo es una gran virtud, un acto de gran fortaleza y un acto de amor propio“.

Sus problemas en el Betis 

A pesar de comenzar su trayectoria como futbolista en Italia, donde pasó por varios equipos desde la Serie C hasta la Serie A, la primera experiencia lejos de ‘casa’ de Piccini fue en el Betis. Con 22 años aterrizó en la ciudad andaluza sin la madurez necesaria y eso le trajo varios problemas. Una vida poco profesional y su primera gran lesión, una etapa de la que no está orgulloso.

“De Livorno a Sevilla, entre 45 y 50 mil personas en cada partido, algunos de los aficionados más apasionados y exigentes de Europa, y yo era un niño. Estaba solo y creía que era lo mismo que en Spezia, Carrarese, Livorno. Y no. No hablo solo de fútbol, sino de la vida. Una copa aquí y allá, un cigarrillo en la boca, todo acabó en Twitter y me masacraron porque no me veían como un profesional, y tenían razón, no era un profesional en aquellos años. Físicamente, era un prodigio, no necesitaba comer ni entrenar bien. Ni siquiera dormía ni entrenaba el doble que los demás; entonces llegó el momento de pagar el precio: me rompí el ligamento cruzado después de 18 partidos como titular, cuando era uno de los mejores laterales de La Liga”, cuenta el italiano.

Cristiano Piccini en un partido con el Betis.RAMON NAVARRO

Contra el Leganés todo el estadio me abucheó, marqué el 2-1, grité “¡Callaos, hijos de p***!”, me leyeron los labios y adiós

Cristiano Piccini

Por esa razón tuvo muchos problemas con una afición que se le echó encima y con la que protagonizó uno de los momentos más ‘oscuros’ de carrera, lo que le acabó por condenar: “Regresé a los 6 meses y a cada pequeño error me linchaban. Escribieron cosas horribles sobre mí en Instagram y Twitter, realmente para quejarse, llegaban ciertos mensajes… Los leía y me daba asco, no podía soportar que me hubiera roto el ligamento cruzado, que hubiera vuelto, que hubiera marcado tres goles y tres asistencias y nada, me estaban atacando. Contra el Leganés todo el estadio me abucheó, marqué el 2-1, grité “¡Callaos, hijos de p***!”, me leyeron los labios y adiós”.  

Los comentarios de las redes sociales le afectaron

Durante su etapa en el club verdiblanco, el italiano se sumergió en el mundo de las redes sociales, lo que confesó que no le ayudó en absoluto por la toxicidad que la gente mostraba en ellas: “Sufrí muchísimo. Podía arruinarme el día entrando en Twitter y escribiendo “Piccini” para ver qué decían de mí. Quizás cinco de ellos decían cosas buenas, tres cosas malas, y yo me centraba en esos tres. Durante mucho tiempo, no pude soportarlos. Antes de llegar a Lisboa, ya era un jugador de mierda: la afición del Betis escribía y la del Sporting leía. Ahí, dije basta: iba a jugar la Champions, y no podía empezar con este veneno en la cabeza, generado por gente que no me conocía. Lo apagué todo y me fui”.

Caída en la depresión

Cuando era jugador el Valencia, Piccini sufrió la peor lesión de las que ha tenido en su carrera: “Me lesioné entrenando, en mi mejor momento. Titular en el Valencia, convocado a la selección nacional, una victoria en la Copa del Rey y ofertas importantes rechazadas por el club donde estaba tan feliz de quedarme y crecer. Tenía la rótula rota por cuatro sitios, todo había desaparecido. El médico, después de un tiempo, me dijo que tendría suerte si podía caminar sin cojear. Pero no lo iba a aceptar: yo decidía cuándo retirarme, no después de una lesión“.

Fue muy duro, pasé tantos meses sin ser yo mismo…

Cristiano Piccini

Eso le llevó a entrar en un verdadero ‘infierno’: “Depresión, errores, dolor, desesperación. Fue muy duro. Pasé tantos meses sin ser yo mismo, siendo otra persona. Súper agresivo, cabreado con el mundo, no me soportaban por el nerviosismo y la negatividad que irradiaba. Triste, deprimido, no me avergüenza decirlo, y todo este dolor se extiende a tu vida diaria, a las decisiones que tomas, que a menudo resultan ser equivocadas en todos los sentidos”.

Felizmente para él, pudo superar la depresión, ayudado por una ‘simple’ acción que le ha cambiado la forma de ver la vida: “Empecé escribiendo a mano, en un cuaderno. Pensé en un diario y se convirtió en un libro. Fue mi terapia, me liberé por completo, lo vi todo desde arriba, con una perspectiva diferente, logré sacar a la luz cosas que nunca antes había expresado: sentimientos, momentos, decepciones. Y llegué a una conclusión: tengo que agradecer todo lo que he tenido”.



Continue Reading
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *