El Dortmund tira de oficio para saldar con victoria su visita a Copenhague

El Borussia Dortmund sale victorioso de su visita a Dinamarca tras vencer por 2-4 al Copenhague en un encuentro en el que, hasta la segunda mitad, no fueron capaces de derribar el muro danés. Un penalti les ayudó a ello y, a partir de ahí, su calidad se impuso ante un conjunto visitante que recortó distancias -aunque de nada sirvió- al borde del final. 

Empezó el encuentro con un ritmo lento y sin que ninguno de los dos equipos tomase la iniciativa. Poco a poco, se fue desperezando el Borussia Dortmund que, en su primer disparo entre los tres palos, no perdonó. Corría el minuto 20 cuando una buena combinación de los alemanes en las inmediaciones del área le llegó a Nmecha en la frontal, recibió el alemán, la dejó pasar con una pisadita perfecta y lanzó un misil tierra-aire para batir a un Kotarski que no pudo hacer nada ante la violencia del golpeo.

Crecieron los chicos de Kovac en el partido. Posesión del balón bajo control y sus rivales corriendo de un lado a otro detrás del esférico intentando recuperar. Todo marchaba como querían. Sin embargo, llegó lo que menos se esperaban los alemanes, incluso los daneses: el gol local. Un balón colgado desde el córner izquierdo quedó muerto a la altura del punto de penalti, Kobel salvó con un paradón el disparo de Moukoko, pero nada pudo hacer ante el infortunio que acabó con el cuero en el fondo de la red. En el Intento de despeje de la defensa, el esférico pegó en Anton y se coló en la portería.

Le sentó muy bien el tanto al Copenhague. En cuestión de dos minutos, tuvo tres ocasiones para poder adelantarse. La más clara, la tercera de ellas, un disparo cruzado de Suzuki desde el interior del área, algo escorado, que se marchó rozando el palo derecho de la meta alemana. Con el Dortmund aturdido y los daneses crecidos, se llegó al descanso.

Tras la reanudación, la igualdad dominó el choque. Los dos conjuntos estaban cómodos defensivamente, pero no encontraban la manera de crear peligro. A la hora de partido, en un córner que no parecía tener mucho peligro, el encuentro volvió a cambiar. Lerager agarró a Guirassy claramente en el área, el árbitro pitó penalti y Bensebaini transformó la pena máxima por el centro con un disparo certero. 

No se rindió el Copenhague. No obstante, tampoco tuvo ningún acercamiento a la portería de Kobel que vivió un segundo tiempo muy plácido. Lo que llegaría sería el tercero del Dortmund y el segundo de Nmecha. En el 76′, erró en la salida el equipo local, recuperaron los alemanes, recibió Nmecha que no se lo pensó y su disparo, levemente desviado por un defensor, se convirtió en la sentencia y en su doblete. 

No sería el último gol. Fábio Silva, once minutos más tarde, aprovechó un balón rebotado en el área para, con un disparo potente y escorado, superar a Kotarski. Cuando el partido se encaminaba a su final, Dadason recortó distancias y arruinó un segundo tiempo inédito para Kobel. El centro lateral de Suzuki lo remató el islandés y el meta alemán lo salvó. Sin embargo, el colegiado avisó de que el reloj le había ‘chivado’ que el balón había rebasado la línea. Con el 2-4 se llegó a la conclusión.