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entrevista a Lidio García, presidente del Senado

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En conversación con EL TIEMPO, durante la realización del foro ‘La riqueza de la nación: ¿dónde se produce, quién la administra y en qué se invierte?’, organizado por la Federación Nacional de Departamentos (FND) y esta Casa Editorial, el presidente del Senado, Lidio García, advirtió sobre el clima de polarización política y el reto “mayúsculo” que enfrenta el Congreso de la República ante la discusión del Presupuesto General del 2026.

Además de la preocupación sobre su desfinanciación, el parlamentario también se refirió a la concentración en gasto de funcionamiento. De igual forma, García pidió respeto entre poderes, una mayor articulación con las regiones y se mostró escéptico frente a una nueva reforma tributaria en un año marcado por las elecciones presidenciales en el país. 

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¿Qué cree usted que va a pasar con el presupuesto del próximo año ya que el anterior fue negado en el Congreso, pero el Gobierno lo sacó vía decreto? ¿Se podría llegar a negarlo o ajustar el monto?

El Congreso recibe anualmente el presupuesto, este es uno de 556,9 billones de pesos. Ya autoricé a las comisiones económicas conjuntas para iniciar una discusión amplia y de cara al país.

Si hablamos del tema político y de la polarización que tiene el país y, sobre todo, el escenario habitual de la democracia que es el Congreso, vemos que los ánimos están bastante caldeados y que estamos a puertas de unas elecciones que suponen una confrontación no solo ideológica sino presupuestal, porque es entregarle el presupuesto más alto de la historia de Colombia y veremos qué pasa en la discusión de las comisiones que tienen la primera palabra para ajustar lo que haya que ajustar de cara al país, que es quien necesita definir dónde y cómo se invertirán los recursos.

Lo que se ha visto es que este es un Gobierno que no es experto en ejecución y que, si analizamos el presupuesto anterior, los expertos hablan de que se dejó de ejecutar 97 billones de pesos en la vigencia pasada, aunque el Ministerio de Hacienda dice que son 19 billones. Así que realmente ahí es donde surge el interrogante legislativo, de si el Gobierno no se gastó la plata, por qué van a pedir más, por qué se presentó un proyecto con un desbalance de 26,3 billones de pesos. Además, este hueco suele atarse a nueva tributaria, que es una maniobra impopular teniendo en cuenta las críticas. Esa discusión va a ser durísima y esperamos que el Gobierno pueda tener el visto bueno para que no sea aprobado por decreto como lo permite la ley. 

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Sede principal del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, en el centro histórico de Bogotá. Foto:Archivo particular

Parece entonces que el mecanismo es ajustarlo, ¿hay ambiente para esto y para una tributaria en medio de la polarización?

Lo responsable es ajustarlo en las comisiones económicas y que el país vea esa discusión. No hay ambiente para esto. Se avecinan elecciones de Congreso y Presidencia, y una tributaria es el proyecto más impopular que hay y al momento de las elecciones es lo primero que se critica porque es ponerles más impuestos a los colombianos y no nos aguantamos más. Incluso bancadas de Gobierno me han pedido que esa reforma no llegue; políticamente costaría mucho. Yo no veo el ambiente político para una nueva tributaria y lo digo sin temor a equivocarme porque siento que costará mucho capital político. Pienso que la culpa la tiene el presentar un presupuesto desfinanciado y eso nos trae hasta aquí. 

No queremos otra guerra en redes sociales, porque eso no le conviene al país y eso es lo que está llevando a Colombia a la situación en la que estamos

lIDIO gARCÍAPresidente del Senado

Si no hay una tributaria y el ajuste del que hablan algunos expertos por hasta 40 billones de pesos en el presupuesto, ¿qué puede pasar? 

Hay que construir un gran acuerdo sobre prioridades y eficiencia, en pro de lo que necesita el país, indudablemente no es si hay buenas relaciones políticas. Es apuntar a lo que necesita el país realmente y en dónde se van a gastar los recursos, porque este Gobierno no ha sido buen ejecutor de la inversión. Se siente al hablar con el Presidente que hay una buena intención de parte de él y en la retórica y en los discursos uno ve un país distinto al que se ve, puede que sea así, puede que tenga razón, pero realmente lo que vimos en otros gobiernos eran presidentes cortando cintas de obras importantes en cada una de las regiones y en todos los puntos de la geografía nacional, y eso no lo vemos en este Gobierno.

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Ojalá se haga un buen cierre, pero queda menos de un año y es lo que Colombia necesita; nosotros estamos prestos para apoyarlos. Si es genuino lo que quieren hacer, aunque ya no hay tiempo, esperamos en estos once meses las macroobras que el país espera y que, por ahora, no se ven.

Primer tramo entre Rumichaca y Pasto, uno de los proyectos 4G. Foto:Cortesía Ani

¿Cómo están las relaciones con el Ejecutivo tras los choques del presupuesto pasado, que dieron para una crisis institucional? 

Al iniciar mi presidencia yo lo que hice fue un llamado al respeto, a la independencia y autonomía de poderes. A la buena relación entre el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo. No queremos otra guerra en redes sociales, porque eso no le conviene al país y eso es lo que está llevando a Colombia a la situación en la que estamos. Nosotros tenemos que tener una buena relación, así sea que no estemos ideológicamente conectados o en el mismo sentido. El Presidente me dijo que no se le han querido aprobar leyes que a otros presidentes sí; yo, por mi parte, hice una consulta con las comisiones económicas para saber que estaban pensando y la idea esa hacer un estudio amplio y serio que permita llevar la inversión a las regiones.

Justamente, ¿qué lectura hace del impacto regional del proyecto, porque uno ve en rojo sectores como Vivienda, Ciudad y Territorio, cuál es su mirada al respecto? 

Es doloroso ver lo que está pasando. He estado en 18 departamentos y veo desconexión con alcaldes y gobernadores. Se habla de descentralización y hay un rechazo total. No hay una apuesta del Gobierno Nacional a través de los entes territoriales y yo veo que caminamos hacia una recentralización de decisiones y recursos. Y encima se plantea subir impuestos territoriales, como es el caso del tabaco y los licores, que representan cerca del 41 por ciento de lo que recaudan los entes territoriales en Colombia. Entonces es doloroso porque además de que no se entregan recursos a las regiones y se aumentan estos tributos y tampoco se tiene una buena relación como la tuvieron otros gobiernos.

Lidio García, presidente del Senado. Foto:Sebastián Arango. EL TIEMPO

He estado en 18 departamentos y veo desconexión con alcaldes y gobernadores. Se habla de descentralización y hay un rechazo total

¿La falta de articulación se debe a que muchos mandatarios locales no son del partido de Gobierno? 

Ese es el gran error político. Cuando uno gobierna, dirige para quienes votaron y también para quienes no. No puede castigarse a un departamento porque su gobernador piense distinto o sea de otro partido, en este caso se requiere altura y visión de Estado.

Una cosa es defender el erario público y otra es desconocer que también se es gobernante de todos los ciudadanos. Ahí no puede haber mezquindades, se debe tener una visión total del Estado. 

Familias rurales en las regiones del Bajo Cauca, Magdalena Medio y el Urabá antioqueño. Foto:ANT

En ese marco, ¿cómo se pueden resolver esas inquietudes territoriales y de esas medidas que afectan las finanzas regionales?

A mí me da risa y dolor ver la situación, porque hemos visto la necesidad de esas medidas y de tener una descentralización efectiva, pero no se ve. Estamos haciendo las cosas a la inversa, mientras podríamos tener unos coequiperos como los alcaldes y los gobernadores, para que ellos mismos ayuden a resolver los problemas que los aquejan. Estamos haciendo todo al contrario y es doloroso ver cómo se maneja todo desde Bogotá.

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¿Qué pasa con la prometida ley de competencias y la autonomía territorial? 

Sería maravillosa, pero aún no ha llegado al Congreso. Esta es una ley que debería armonizar 194 leyes y abordar más de 11 competencias de ministerios y entidades adscritas a cada uno de estas carteras y es una ley que necesita el país. Con el acto legislativo 03 de 2024 se introdujeron cambios en la distribución de competencias. La idea es, según se ha planteado, llevar el Sistema General de Participaciones del 24 por ciento al 39,5 por ciento a 2037. Eso daría más autonomía y decisión a las regiones, para poder destinar los recursos a los dolores de cabeza.

Estoy listo para impulsarla cuando llegue porque esta es una ley que anhela el país y que se necesita discutir y tramitar de la manera más tranquila y más viable para nuestra nación. Allí nosotros no podemos tener mezquindades, tenemos que actuar con sensatez y sobre todo pensando en que ganen las personas. 

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Si las comisiones económicas deciden hacer ese recorte con responsabilidad, que además se han sugerido y que se requiere recortar, ¿dónde cree que se puede hacer esto? 

Todo el mundo habla de recortes, cuándo llegan y hay que ver bien cómo se debe hacer. Por ejemplo, en el caso del Departamento de Prosperidad Social, están aumentado en un 81 por ciento el presupuesto y al Ministerio de la Igualdad le están quitando casi un billón de pesos. No sé, entonces, para qué lo crearon.

Al DPS le están aumentado en 81 % el presupuesto y al Ministerio de la Igualdad le quita un billón. Foto:Ministerio de Salud y Protección Social

El Gobierno asegura que eso es en función del ejercicio social…

Bueno, eso es lo que dice el Gobierno, pero no el Congreso. Ese aumento en el caso del Departamento de Prosperidad Social en plata blanca es 4,5 billones de pesos, mientras en el caso del Ministerio de la Igualdad el recorte es del 55,5 por ciento; si es así, no necesitábamos ese ministerio, entonces ¿para qué lo creamos?

Se pregunta uno, dónde están la austeridad y el recorte del gasto. Porque se le hace una inversión a un ministerio y luego se le quita… Entonces no hay un norte definido de hacia dónde va el país o hacia a dónde va la administración.

Nosotros no podemos tener mezquindades, tenemos que actuar con sensatez y sobre todo pensando en que ganen las personas

Es doloroso que se hagan recortes en sectores donde los colombianos esperamos que crezcan, por lo menos, la reducción del 37 por ciento del caso del Ministerio del Deporte. Los colombianos nos hemos emocionado al ver los triunfos de todos estos representantes y esperamos que se invierta en su preparación en cualquiera que sea su disciplina deportiva, pero lo que hacen es que le quitan los recursos y luego sí se critica que esos deportistas no traigan a Colombia las medallas que debieron ganar. Si se compara con otros países, duele ver como está esa inversión en Colombia.

Además, está el caso del sector salud…

Allí yo tengo una percepción muy personal. Yo estaba de acuerdo con una reforma de la salud, pero una concertada, que permita proposiciones de otros partidos políticos, de los expertos y de los ciudadanos. Hay que revisar las líneas rojas que tiene el Gobierno al respecto y tomar decisiones con propuestas.

Cómo se debe encarar entonces ese presupuesto?

Primero, mejor ejecución y priorización. Segundo, blindar inversión que impacta regiones y ciudadanía. Y tercero, discutir de cara al país: explicar qué se recorta, por qué y qué resultados se buscan. Lo que no puede seguir creciendo sin control es el funcionamiento a costa de la inversión. Es momento de pensar en la gente, de tener reglas fiscales claras, mejor ejecución y más inversión donde más falta hace, que son las regiones.

ANDRÉS MOMPOTES

Director de EL TIEMPO

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