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El factor Almeyda reanima al Sevilla
Sólo hace tres meses que el Sevilla presentó a Matías Almeyda como su nuevo entrenador. Tras una única experiencia europea con el AEK Atenas, aterrizó en Nervión rodeado de incertidumbres, alimentadas por la compleja situación tanto institucional como deportiva. No era para menos, pues la entidad hispalense venía de firmar su peor temporada en el siglo XXI, salvándose del descenso por un punto y envuelta en un ambiente de crispación contra la actual directiva. “Voy a luchar a muerte”, aseguró entonces, una declaración de intenciones que ha refrendado a base de esfuerzo y determinación. El fruto de su trabajo no se ha hecho esperar.
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Para reanimar a un Sevilla de capa caída, el staff liderado por Almeyda se ha basado en dos factores clave: el físico y el psicológico. El primer aspecto no se puede entender sin Guido Bonini, el preparador físico que siempre lo ha acompañado en los banquillos. Su tremenda exigencia y su cercanía con los jugadores son imprescindibles para el fútbol que plantea Almeyda. De hecho, los hispalenses suelen llegar al tramo final de los partidos bastante mejor que sus rivales, lo que les permite ganar más duelos y explotar su idea de juego.
En cuanto al factor psicológico, Almeyda ha limpiado las mentes de un Sevilla que se veía superado por la presión ambiental y la necesidad clasificatoria. Cada uno de sus discursos es una lección de vida, ganándose rápidamente a propios y ajenos. Aparte de recuperar la autoestima de sus futbolistas, le ha devuelto la ilusión al sevillismo, que ahora sí afronta su próximo partido con alegría.
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La goleada al Barça desató una fiesta en el Ramón Sánchez-Pizjuán que no se veía desde el último título europeo. Más allá de los resultados y las rachas negativas a las que ha puesto fin, este equipo se ve de nuevo capaz de cualquier cosa.
Proyecto Cordón
Detrás de la figura de Matías Almeyda está el artífice del proyecto sevillista, Antonio Cordón, que maniobró con la discreción que le caracteriza. Aunque se encontró adelantada la opción de Imanol Alguacil, la descartó por las dudas que vio en el vasco. Su mano derecha, José Ignacio Navarro, le sugirió entrevistarse con Almeyda, que lo dejaría impresionado: “Matías me dijo que venía de rodillas desde Grecia hasta Sevilla. Pocos entrenadores podrían decir esa penitencia. Con ese convencimiento no hay más que hablar”.
Más entradas en la Liga
Una vez elegido el líder del proyecto, Cordón tuvo que lidiar con las dificultades económicas para intentar confeccionar una plantilla competitiva a muy bajo coste. Por ello, tiró de inventiva fichando a jugadores veteranos y firmando cesiones de algunos descartes. Todos ellos tenían como denominador común un espíritu competitivo que han tardado poco en contagiar a sus nuevos compañeros. Ahora la mayoría son titulares indiscutibles.
Unión del grupo
“Creo mucho en la unión. El fútbol es un deporte que juegan once y no entra en mi cabeza una parte individual”, defendió Almeyda en su presentación. Y lo ha cumplido dándole su sitio a cada jugador y granjeándose así la confianza de toda la plantilla.
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Mención especial para Januzaj y Marcao, defenestrados en los tres años anteriores y los que ha logrado meter en la película. Junto con Sow, ambos modificaron sus contratos con tal de ayudar al club. Hay un dato que habla por sí mismo: el Sevilla es el segundo conjunto de LaLiga en el que han marcado más futbolistas (10).
Identidad competitiva
Una de las razones que llevaron a que Cordón eligiera a Almeyda es su filosofía de fútbol. En su propuesta no se negocia ni la entrega ni la intensidad ni la lucha, virtudes que casan perfectamente con el sentir de su hinchada, que ya se refiere al Pelado como su pastor. Su agresividad y su verticalidad se han visto recompensadas en las transiciones ofensivas. Según Opta, es el equipo con más goles al contraataque de las cinco grandes ligas europeas. Además, mejora su interpretación de los partidos a cada jornada, adaptando sus planteamientos a diferentes escenarios.
“El camino es largo; hay que saber disfrutarlo y caminarlo con lo que tenemos a favor, con lo que podemos mejorar y con tranquilidad. Vamos en ese camino, que está bien”, expresó Almeyda tras el triunfo al Barcelona, intentando aislarse de la euforia y ciñéndose a una línea moderada que le gusta mantener. Eso sí, dentro de la alegría que ha conseguido transmitir al sevillismo, al que en tres meses le ha cambiado la vida.