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Falcao y el riesgo de la idolatría… (Opinión)
Valga decir, para empezar, que el único irrespeto de los últimos días ha sido permitirse sugerirle a Radamel Falcao García que es momento del retiro.
Una carrera como la suya se gana el derecho de preguntarse y responderse cómo, cuándo, dónde y por qué sin que nadie, salvo él y su familia, tenga voz o voto.
El sobre análisis de una temporada muy por debajo de la expectativa reduce todo a la imagen de su último partido. Contra Pasto o contra Santa Fe fue igual. Pero decidir si cualquiera de esas imágenes es la última es un derecho que nadie puede atreverse a usurparle. La mera opinión ya es ofensiva.
Radamel Falcao García, en la rueda de prensa luego del clásico. Foto:Dimayor
¿Licencia para ofender?
Una discusión distinta es si ese rango de leyenda le da licencia para pasar por encima del reglamento.
Hay una distancia entre la duda por el trabajo arbitral y el “nos robaron todo el torneo” y una sensación de acto deliberado cuando, tras un rosario de acusaciones, viene un “que se jodan los del VAR”, un “así me den 50 mil fechas”, un “así no vuelva a jugar en Colombia me importa un carajo”.
.Si el desconocimiento de la norma no exime de culpabilidad, imagínense lo que es la explícita aceptación del detalle en el castigo que se avecina: si el plan es probar hasta dónde puede llegar un ídolo de su dimensión es un agravante que no puede pasar inadvertido por parte de la Comisión de Disciplina, obligada a aplicar el máximo castigo, al menos los 45 días de sanción que aguantaron Rafael Dudamel y Eduardo Pimentel.
Radamel Falcao García, en la rueda de prensa luego del clásico. Foto:Dimayor
Y no empecemos por favor con la victimización: como no tiene importancia alguna la intención sino el hecho fáctico de una infracción, así mismo quien lanza acusaciones sin pruebas merece un castigo ejemplar sin que pese qué tan buena persona es.
No es que los ídolos no puedan equivocarse, es que cuando lo hacen deben ser los primeros en aceptar todo el rigor de la pena, y eso incluye el juicio de autoridad oficial y el de la red social de turno. Si no se está preparado para eso, el título de ídolo quedará grande.
Falcao García, contra Santa Fe. Foto:Néstor Gómez. EL TIEMPO
Lecciones de liderazgo
Al final, visto en perspectiva, el escándalo y el posible adiós de Falcao al fútbol colombiano, que él mismo está poniendo sobre la mesa, no deja de ser una oportunidad para una reflexión más profunda sobre el liderazgo.
Ha hecho carrera que el mejor líder en el fútbol es el más atrevido -en el mal sentido de la palabra-, el de las palabras de más grueso calibre, el más bravo. Y es todo lo contrario.
La cabeza fría, el respeto que no raya en lo condescendiente, el reconocimiento del defecto propio antes que la tentación del enemigo externo serán para siempre la base de la autoridad en un camerino. Para eso no hace falta un micrófono.
Falcao García, contra Nacional. Foto:Millonarios FC
Si hay un lunar en la impecable hoja de vida de ‘El Tigre’ será este que se permitió cuando lo desbordó el hincha y dejó ver su más básica faceta. Las consecuencias pueden ser nefastas.
Por eso, querida lectora o lector, sepa que la idolatría es un camino seguro a la decepción y que si, por terquedad o por hábito, busca sus ídolos en una cancha de fútbol, es momento de revisarse. Ha caído el último vestigio.
Jenny Gámez
Editoria de Futbolred.com