Mi opinión
Fracaso y Crisis: Petro Lleva a Colombia a un 2025 de Desilusiones y Caos

Enero de 2025 inicia con un ambiente de incertidumbre en Colombia, donde el gobierno de Gustavo Petro enfrenta un cuestionamiento creciente sobre su capacidad para dirigir el país. Si bien el presidente llegó al poder con una ola de esperanza y promesas de cambio, los resultados de su gestión hasta la fecha muestran una tendencia alarmante hacia el fracaso en varios frentes. Este artículo aborda las recientes decisiones de su gobierno, sus errores políticos y las consecuencias que estas decisiones podrían tener en el corto y mediano plazo.
Desilusiones y Promesas Incumplidas
Desde su llegada a la presidencia, Petro ha prometido transformar Colombia en una nación más equitativa y sostenible. Sin embargo, al inicio de 2025, estas promesas se ven cada vez más alejadas de la realidad. Un estudio reciente del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) revela que la pobreza multidimensional, lejos de disminuir, ha aumentado un 3% en el último año, poniendo en entredicho las políticas sociales implementadas por su gobierno.
Las iniciativas de reforma agraria, que el presidente catalogó como un pilar de su administración, se han estancado. Según la Fundación para la libertad de prensa (FLIP), las consultas agrarias han sido negligidas y hay múltiples reportes de comunidades que aún esperan la llegada de las políticas prometidas, generando frustración y desconfianza. En un contexto donde la desigualdad social se agrava, las contradicciones en la gestión de Petro se convierten en un foco de crítica.
Errores y Crisis Económica
Uno de los puntos más críticos de la gestión de Petro en este inicio de año es la situación económica. Un informe del Banco de la República indica que la inflación ha alcanzado cifras récord, afectando el poder adquisitivo de los colombianos. Las decisiones sobre el aumento del salario mínimo, aunque se buscaban como una medida de alivio, han resultado en un incremento de la precariedad laboral, ya que muchas pequeñas y medianas empresas se han visto obligadas a reducir plantillas o incluso cerrar.
Los errores en la administración del sector energético también son evidentes. Las medidas de transición hacia energías renovables, aunque necesarias, no han sido acompañadas por un plan claro y factible. Esto ha generado apagones temporales en varias regiones del país, afectando el comercio y provocando movilizaciones en defensa de servicios básicos.
Consecuencias Sociales y Seguridad
La oleada de violencia, que asola regiones afectadas por el conflicto armado, se hace más palpable. Durante los primeros días de enero de 2025, informes de organizaciones como Human Rights Watch y Oxfam alertan sobre el resurgimiento del narcotráfico y el desplazamiento forzado de poblaciones. Las comunidades vulnerables carecen de la protección estatal necesaria, lo que ha llevado a la desesperación y al reclutamiento forzado por parte de grupos armados ilegales.
La percepción de inseguridad ha aumentado, y las encuestas muestran que un 65% de los ciudadanos consideran que el gobierno no ha logrado mejorar las condiciones de seguridad en el país. Esto no solo afecta la calidad de vida, sino que también tiene un impacto directivo en la inversión extranjera, vital para la recuperación económica de Colombia.
Perspectivas a Futuro
Con todo ello, el año 2025 se perfila como un periodo crítico para la administración de Petro. Las tensiones sociales aumentan y las protestas, que han comenzado a contagiar distintas ciudades, pueden erigirse como un desafío significativo para su gobierno. Las perspectivas económicas son sombrías, y muchos analistas anticipan que si no ocurre un cambio radical en las políticas, la situación podría catalizar una crisis política más profunda.
La posibilidad de que el congreso inicie un proceso de juicio político es cada vez más real, especialmente si continuan los fracasos en cumplir con las promesas más esperadas, como la reforma del sistema de salud y la mejora del acceso a la educación.
Conclusión: Un Llamado a la Reflexión
A medida que se da inicio a este nuevo año, las señales son claras: la gestión de Gustavo Petro necesita un replanteamiento urgente. Los riesgos asociados a su administración no solo son económicos, sino que también apuntan a serios problemas de gobernanza y legitimidad social. Si el presidente no actúa rápidamente para corregir el rumbo, Colombia podría enfrentar no solo una crisis de confianza, sino un periodo de inestabilidad que podría extenderse a lo largo de 2025 y más allá. La nación, que aún espera un cambio, se enfrenta a un futuro incierto, donde el fracaso actual podría convertirse en un legado desolador.