brillo mundial, a la sombra en la Selección Colombia (opinión)

Jhon Arias reafirma su condición de figura en el escenario global durante el Mundial de Clubes 2025. En los partidos suele brillar, destacar y hasta anotar, lo que significa que su talento ya no es una promesa, sino una realidad consagrada.

El chocoano de 27 años no solo brilla, sino que logró que el mundo volteara la mirada a sus pases, sus remates, su sacrificio.

El otro lado: su rol contradictorio con Néstor Lorenzo

Resulta casi crónica la paradoja que vive Arias en la Selección Colombia. Titular en todas las convocatorias desde su debut en 2022, acumula más de 1.400 minutos en 20 partidos con el DT Néstor Lorenzo; ha marcado tres goles, todos en amistosos, y apenas dos asistencias en casi cuatro años. Es decir: mucho tiempo en cancha, pero poco impacto real en la tabla de goleadores y asistentes de la Eliminatoria.

Además de cifras, pesan episodios como su sustitución ante Perú en junio de este año salió visiblemente molesto, con razón, pues hasta ese momento era el más intenso por su presión y dinamismo, pero Arias salió y Colombia se fue abajo al perder a su figura más incisiva, lo que se vio reflejado en el empate sin goles y, sobre todo, en la insatisfacción generalizada contra Lorenzo por priorizar recambios tácticos en lugar de sostener el liderazgo y el ímpetu de Arias.

Es más, en la Copa América 2024 Lorenzo lo utilizó en roles distintos a los de Fluminense, colocándolo como interior, en vez de extremo lo que le quitó libertad ofensiva y fue desvaneciendo su desequilibrio natural. Sí tiene minutos con Lorenzo, pero no donde brilla normalmente.

Con su actualidad en el Mundial de Clubes, la pregunta está enfocada en un posible salto al fútbol europeo.

Se trata de un extremo explosivo, driblador, hábil en espacios reducidos y con buena visión. Un equipo ideal sería uno que jugara con extremos verticales, donde la especulación, el espacio y la transición rápida sean claves.

A sus 27 años, Arias necesita un entorno que lo respete, potencie su desequilibrio y, sobre todo, lo construya como referente de la Selección. Un paso decisivo al fútbol europeo —en un club dispuesto a confiar en su perfil— puede ser esa bisagra que Colombia necesita para convertir su brillo global en rendimiento definitivo en la Tricolor.

Opinión

Camila Espinosa Aristizábal

Para EL TIEMPO

@CamilaNoticia

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