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Jorge Rocha Olarte, el campeón de esquí náutico que representará a Colombia en los World Games en China
Jorge Alfredo Rocha Olarte es uno de los deportistas que representará a Colombia en los World Games China 2025. En diálogo con EL TIEMPO contó que aprendió a flotar antes de caminar y asegura que, mientras otros niños jugaban con tierra, él ya se deslizaba por las playas de Santa Marta, sostenido por dos pequeños esquís y guiado por la voz de su papá desde una lancha.
Ese niño que se dejó conquistar por las olas y los esquís, hoy es el mejor wakeboarder de Colombia, bicampeón latinoamericano y el único representante nacional en esquí náutico para los World Games.
Sus padres han sido su mayor apoyo. Foto:Suministrada
Jorge Rocha creció en el agua y asegura que su conexión con el mar es tan profunda como su pasión por el deporte. “Yo aprendí a estar en el mar antes que a caminar”, dice con orgullo y recuerda que en su infancia su familia siempre lo llevó a Santa Marta, donde su papá, un samario de nacimiento, convirtió el mar en un segundo hogar.
Sus primeros esquís los tuvo cuando solo tenía 4 años de edad y a sus quince, durante un viaje a Estados Unidos, compró su primera tabla de wakeboard profesional, donde descubrió que lo que él hacía por diversión era un deporte competitivo.
Tras este episodio, conoció a la Federación Colombiana y fue así que terminó en su primer torneo en la represa de Tominé. Desde entonces, su vida ha girado en torno al viento, el agua y el sacrificio que todos los deportes tienen.
Asimismo, asegura que mantenerse en la práctica de este deporte no ha sido fácil, pues aunque sus padres siempre han estado ahí, la falta de apoyo es muy notable, pues el “el wakeboard, aunque espectacular, no es un deporte masivo ni barato”.
Sus padres han sido su mayor apoyo. Foto:Suministrada
“Mi familia es la razón por la que estoy donde estoy”, dice con firmeza.
Asegura que por su dedicación al deporte, hay días sin comer para ahorrar gasolina, hay madrugadas de carretera hasta la represa y hasta una rodillera vieja que se ha convertido en su amuleto personal, pues le recuerda los duros momentos que vivió por una lesión de rodilla y se ha convertido en su motivación para salir adelante.
Asegura que la recuperación fue larga, dolorosa y lenta, pero al volver a entrar de lleno en este mundo ganó y se convirtió en el campeón latinoamericano, primero en 2023 y luego en 2024. Fue para él mucho más que una medalla: fue su respuesta al miedo, su forma de decir que no se rinde.
“Significa superación, resiliencia, no dejarme ganar de la lesión”, aseguró en diálogo con EL TIEMPO.
Sus padres han sido su mayor apoyo. Foto:Suministrada
Tras esto, un nuevo obstáculo llegó a su vida, fue diagnosticado con hipertiroidismo, una enfermedad que lo llevó a estar casi dos años fuera del agua.
“Me sentía bien, pero algo no estaba bien por dentro. Me aceleraba el corazón, me consumía los músculos… Me prohibieron el deporte”, recuerda.
Asimismo, cuenta que este fue un período oscuro, de chequeos médicos, de frustraciones acumuladas, de volver a la calma cuando todo en su cuerpo pedía velocidad.
Sin embargo, actualmente se prepara para uno de los retos más grandes de su carrera deportiva, representar a Colombia en los World Games de 2025 en Chengdú, China, una competencia que ya conoce, pues participó en ella a sus 17 años, en Cali, cuando fue suplente de un atleta lesionado, pero ahora porta el uniforme tricolor por mérito propio.
“Volver ahora, como único colombiano en esquí náutico, es un logro gigante. Ya todo lo que venga es ganancia”, asegura.
La represa de Tominé, es su lugar de entrenamiento, con una lancha que él mismo gestiona, acompañado por su familia, amigos y, cuando el presupuesto lo permite, por su entrenador argentino Ezequiel de Palma.
Asegura que cada pasada sobre el agua le cuesta: gasolina, mantenimiento y tiempo, pero nada ha sido un obstáculo para poder cumplir su sueño, que cada día está más cerca “meterse al top 3, o por lo menos dejar en alto el nombre de Colombia”.
También extendió una invitación a todos los jóvenes esquiadores de Colombia, a no rendirse y compartir cómo ha sido su lucha, por lo que los convoca a entrenar con él y a vincularse formalmente a la Federación. “Lo hago por amor al wakeboard, porque crezca, porque más pelados se enamoren de esto”, dice.
“Yo digo que el día que no me ponga nervioso antes de competir, es porque ya no me importa. Y a mí me importa mucho esto. Por eso sigo aquí, con la misma pasión de siempre”.
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