La disminución de nacimientos en Colombia plantea retos económicos y sociales en Colombia

En las últimas décadas, Colombia ha experimentado un notable cambio en sus dinámicas demográficas, reflejado en una disminución en la tasa de natalidad.

Según datos de 2024, en Colombia nacieron aproximadamente 70,000 bebés menos que en el año anterior, descendiendo a 445,000 nacimientos desde los 515,000 registrados en 2023. Julio César Iglesias, analista económico, comenta que este fenómeno no es exclusivo de Colombia sino de muchos países.

Iglesias explica que el cambio en el comportamiento de las mujeres es un factor crucial en esta tendencia. “Las mujeres han ingresado masivamente al mercado laboral, se han educado por más tiempo y priorizan su desarrollo profesional y económico, posponiendo la maternidad”, afirma Iglesias.

Este fenómeno se entrelaza con otros factores globales, como los avances tecnológicos y la amplia disponibilidad de métodos anticonceptivos, resultando en un descenso significativo del promedio de hijos por mujer.

Entre las principales preocupaciones está el impacto en el sistema pensional. Con menos personas en edad productiva aportando y más adultos mayores recibiendo beneficios, se prevén serias dificultades de sostenibilidad. El sistema de salud enfrentará retos similares, con una población que requerirá más atención médica pero con menos contribuyentes.

Iglesias advierte que “la economía de Colombia podría enfrentar desafíos desconocidos debido a que su población envejece más rápido de lo que se percibe”. A diferencia de países como Japón o Corea del Sur, que han enfrentado situaciones similares siendo economías fuertes con alto ahorro, Colombia aún no alcanza esas características.

Estos cambios demográficos podrían ser una presión adicional sobre los sistemas de seguridad social y de mercado laboral, que necesitan adaptarse a estas nuevas realidades.

Diversos sectores económicos también se verán afectados. Desde la educación, con el cierre de colegios y dificultades de las universidades para atraer estudiantes, hasta industrias que dependen del consumo de adultos jóvenes, como vivienda y automotriz.

“El dinamismo de todas las economías está fundamentado sobre todo en las personas que viene de 20 a 45 o 50 años porque usualmente en esa etapa de la vida las familias compran muebles, hay proyectos de vivienda, inversiones en bienes de capital. Si esa franja de la producción que es la que lidera el consumo no es porcentualmente representativa habrá diversos retos en muchos sectores de la economía”.

Aunque algunos países desarrollados han recurrido a la inmigración para contrarrestar el envejecimiento poblacional, Iglesias considera que Colombia aún no ofrece condiciones suficientemente atractivas. “No somos una tierra fértil para atraer talento. Estamos en una competencia global por capital humano y debemos ser conscientes de ello”, afirma.