Economia
La IA influenciará cada vez más en los precios y tasas de interés
Mayor producción
Durante décadas, los economistas han confiado en la llamada curva de Phillips, una teoría que sostiene que cuando el desempleo baja demasiado, los precios tienden a subir porque las empresas compiten por trabajadores y los salarios aumentan. Esa relación ha sido un pilar en los modelos que usan la Reserva Federal en Estados Unidos y otros bancos centrales para anticipar la inflación.
Pero Gerónimo Ugarte Bedwell, economista en jefe de Valmex, advierte que la inteligencia artificial puede alterar esa dinámica. La IA, explica, está generando un “choque de oferta positivo”, es decir, una ganancia de productividad que permite a las empresas producir más sin necesidad de contratar proporcionalmente más trabajadores.
En la práctica, esto significa que los costos laborales por unidad producida bajan y la presión sobre los precios se reduce, incluso en un contexto de pleno empleo.
“Justamente este es uno de los dilemas que se discuten en Jackson Hole: cómo un cambio estructural de productividad puede desfasar los marcos convencionales de análisis y obligar a la política monetaria a ser más flexible”, explicó el experto.
Más movilidad que reemplazo
La académica Laura Veldkamp, de la Universidad de Columbia, llevó el debate más allá en su conferencia “La IA y el futuro de los mercados laborales”. Y lejos de confirmar un desplazamiento masivo de empleos, sus estudios muestran que la IA está redefiniendo los puestos de trabajo, no eliminándolos.
Solo 4% de los empleados en Estados Unidos usan IA en más del 75% de sus tareas, y lo que gana terreno es la movilidad interna, ya que en las empresas adoptantes, 15% de los trabajadores cambió de puesto en el último año, frente al 8% en compañías sin IA.
La productividad sube, pero el reparto de sus frutos dependerá de la competencia. De acuerdo con la economista, con mercados competitivos, el impacto de la IA se observa en salarios más altos; pero con monopolios se pueden esperar precios inflados y menor bienestar para los consumidores.
Beneficios en México
En México, los primeros sectores en beneficiarse serán los de servicios intensivos en procesos repetitivos y en análisis de datos, como los financieros, telecomunicaciones, retail y logística, señala Ugarte. Agrega que la IA puede abaratar costos de atención al cliente, gestión de riesgos, inventarios y distribución. En manufactura, la combinación con automatización puede reducir tiempos de producción y mermas, aunque el impacto será más gradual.
“En México y la región, esto puede reflejarse en precios más competitivos en seguros, servicios bancarios, comercio electrónico y transporte, mientras que en alimentos o energía los efectos serían más indirectos y tardíos”, señala.
Tasas neutrales más bajas en el largo plazo
Para los inversionistas, la pregunta no es tanto académica. Más bien, la IA es un “motor estructural comparable al impacto del internet o la computadora personal”, señala Juan Sebastián Restrepo, subdirector de Asset Management de Skandia.
Para el experto en gestión de patrimonios, esto significa un sesgo desinflacionario de mediano plazo, tasas de interés neutrales más bajas y márgenes empresariales más amplios. Pero advierte que el camino no está exento de riesgos asociados a costos de transición, brechas laborales y concentración tecnológica que podrían contrarrestar parte de los beneficios.
El propio Jerome Powell, presidente de la Fed, admitió en su discurso que los riesgos en el mercado laboral se intensifican, y abrió la puerta a un recorte de tasas si la contratación se desacelera.
La IA no es solo un tema de eficiencia empresarial sino un factor capaz de alterar cómo se tomarán las decisiones de la política monetaria en el futuro.