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La pobreza en Colombia cae, pero los subisidios del Estado pierden cada vez más fuerza | Crecimiento | Economía

La pobreza monetaria y la pobreza extrema en Colombia presentaron una nueva reducción durante 2024, según reveló el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) en su informe más reciente, en el que se ratifica que la tendencia a la baja, que comenzó tras el impacto más fuerte de la pandemia, se mantiene, aunque con un matiz que llama la atención y nuevamente abre el debate sobre el papel de las autoridades.
Concretamente, según este informe, las ayudas institucionales, es decir, los subsidios entregados por el Estado para aliviar esta problemática, están perdiendo progresivamente su capacidad de incidir en el resultado y completaron el año pasado, tres periodos consecutivos a la baja.
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Lo primero a decir, para entender mejor esta realidad, es que la pobreza monetaria nacional pasó de 34,6% en 2023 a 31,8% en 2024, mientras que la pobreza extrema disminuyó de 12,6% a 11,7%. De acuerdo con la directora de esta entidad, Piedad Urdinola, ambas reducciones son estadísticamente significativas y equivalen a 1,27 millones de personas que salieron de la pobreza monetaria y 420.000 que dejaron atrás la pobreza extrema en un solo año.
Los subsidios pierden fuerza
Si bien la cifra resulta positiva, al analizar los factores que explican esta caída, el panorama se vuelve más complejo, dado que una de las herramientas clave para combatir la pobreza en Colombia han sido los programas sociales del Estado.
Los datos de pobreza monetaria en Colombia llegaron a su punto más bajo desde que se tiene registro.
Imagen de ChatGPT
Transferencias como Renta Ciudadana, Colombia Mayor, Jóvenes en Acción o la compensación del IVA han operado como redes de seguridad para millones de hogares vulnerables. No obstante, su impacto real ha venido disminuyendo, si se tiene en cuenta que en 2022, las ayudas institucionales contribuían a reducir la pobreza monetaria en 7,4 puntos porcentuales, y la pobreza extrema en 8,9 puntos.
La incidencia de #PobrezaMonetaria en 2024 disminuyó 2,8 puntos porcentuales en el dominio Nacional (31,8%) y más de tres puntos porcentuales en Cabeceras (28,6 %). Mientras que en Centros Poblados y rural disperso, la diferencia fue de 1,5 p.p., al pasar del 44,0% al 42,5%. pic.twitter.com/kMifPJzkJq
— DANE Colombia (@DANE_Colombia) July 24, 2025
Para 2023, esa contribución bajó a 2,8 y 3,5 puntos, respectivamente, y en 2024, el efecto fue aún menor, de apenas 2,3 puntos porcentuales en pobreza monetaria y 2,6 puntos en pobreza extrema.
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Esto significa que los subsidios siguen ayudando, pero ya no son el motor principal detrás de la caída de la pobreza y en términos proporcionales, su poder se ha reducido más de dos tercios en tan solo dos años. Además, si bien el Dane no interpreta causas, los datos son concluyentes y abren el debate sobre la efectividad del modelo actual de transferencias.
Una de las variables que sí explica parte de la mejora es el crecimiento del ingreso per cápita, dado que el promedio nacional pasó de $1.054.223 en 2023 a $1.169.770 en 2024, lo que se traduce en un aumento del 11% en pesos corrientes. Este crecimiento fue impulsado principalmente por los ingresos laborales, especialmente en los quintiles intermedios; mientras que los quintiles más pobres crecieron poco en términos reales, y los más ricos apenas aumentaron su ingreso, lo que ayudó a reducir levemente el coeficiente de Gini, que bajó de 0,553 a 0,551.

Los datos de pobreza monetaria en Colombia llegaron a su punto más bajo desde que se tiene registro.
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Líneas de pobreza en Colombia
Por otra parte, el Dane contó que la línea de pobreza monetaria para 2024 fue de $460.198 mensuales por persona, mientras que la línea de pobreza extrema se ubicó en $227.220. De igual forma, en un hogar de cuatro personas, esto equivale a ingresos mínimos de $1.840.792 y $908.880, respectivamente, para no ser considerado pobre.
Piedad Urdinola, directora de la autoridad estadística, explicó este punto con un ejemplo real, contando que “una mujer que trabaja por días en el servicio doméstico y vive con su hija y su nieto. Ambas mujeres generan un ingreso mensual conjunto de $1.160.000. Aunque parece una cifra aceptable, al dividirla entre tres, cada persona dispone de apenas $386.666 pesos al mes, lo que ubica al hogar por debajo de la línea de pobreza”.
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De esta forma sentenció que en este caso, las tres personas son pobres, a pesar de estar recibiendo ingresos todos los meses.
El informe también muestra con claridad quiénes siguen siendo más vulnerables y sostiene que los hogares encabezados por mujeres tienen una incidencia de pobreza monetaria de 36,1%, frente al 28,4% de aquellos liderados por hombres.

Los datos de pobreza monetaria en Colombia llegaron a su punto más bajo desde que se tiene registro.
Imagen de ChatGPT
La pobreza afecta al 56,6% de los jefes de hogar desempleados y al 43% de quienes no están afiliados a pensiones; mientras que la escolaridad es otro factor decisivo, dado que el 42,9% de los hogares con jefes sin educación o solo con primaria están en situación de pobreza, mientras que entre quienes tienen educación universitaria o posgrado, la pobreza apenas alcanza el 6,9%.
Brechas territoriales
En el análisis del Dane también se informa que el tamaño del hogar y la presencia de niños pequeños también agravan la situación, puesto que en hogares sin niños menores de 12 años, la pobreza monetaria es del 19,7%, pero si hay tres o más niños, la cifra se dispara al 76,3%. Además, cuando ningún miembro del hogar está ocupado, el 49% de esos hogares cae en pobreza, en comparación con el 21% cuando hay dos o más personas trabajando.
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Otro de los datos que llama la atención tiene que ver con las brechas regionales, punto en el que aunque la pobreza cayó en todos los grandes dominios, el área rural dispersa mantiene niveles muy altos de 42,5% en pobreza monetaria y 21,8% en pobreza extrema, frente al 28,6% y 8,7% en las cabeceras municipales. Las grandes ciudades muestran avances importantes.
Bogotá, por ejemplo, bajó su pobreza monetaria del 24,1% al 19,6%, e Ibagué del 36,9% al 31,3%. Pero ciudades como Riohacha vieron un aumento en pobreza extrema, pasando de 23,5% al 25,9%.

La pobreza en Colombia ha tenido avances, pero mantiene varios retos.
Imagen de ChatGPT
Entre tanto, las brechas por autorreconocimiento étnico también son notorias si se tiene en cuenta que en 2024, el 58,5% de los hogares con jefatura indígena estaba en pobreza monetaria, frente al 42,9% de los afrodescendientes y el 36,5% de quienes no se identifican étnicamente. En pobreza extrema, la incidencia fue de 29,3%, 18,9% y 9,7% por ciento, respectivamente.
De esta forma, queda sobre la mesa que el panorama es mixto y por un lado, los indicadores agregados muestran que el país avanza en la reducción de la pobreza, pero por otro advierten que el principal instrumento que había sido decisivo en años anteriores, los subsidios, está perdiendo capacidad de respuesta y requieren una revisión de cara al futuro, ya que si las ayudas pierden efectividad y los ingresos no siguen creciendo, existe el riesgo de que la pobreza vuelva a subir.
DANIEL HERNÁNDEZ NARANJO
Periodista de Portafolio