Colombia
Las agresiones sexuales pueden provocar el desarrollo de endometriosis, según un estudio

A lo largo de las décadas, el cuerpo femenino ha sido un territorio amplio y poco explorado, donde han proliferado innumerables mitos y prácticas. Estos mitos han arraigado en la conciencia social con un objetivo de progreso, y tras muchos años de investigación, comienzan a mostrar resultados.
El cuerpo de la mujer ha quedado fuera de las principales investigaciones durante siglos, y aún hoy hay numerosos temas que los investigadores no abordan en sus artículos científicos que deberían ser prioritarios en la agenda mediática.
No obstante, la investigación hormonal y sexual parece avanzar lentamente. Un claro ejemplo es el más reciente estudio internacional realizado por la Universidad de Barcelona (UB) sobre la endometriosis, una enfermedad que causa dolor intenso en las mujeres que la padecen.
El hallazgo es impresionante: se ha encontrado que las experiencias traumáticas y los eventos estresantes tienen una conexión con el desarrollo de la endometriosis, una enfermedad inflamatoria crónica caracterizada por la presencia de tejido similar al endometrio fuera del útero.
Además, las investigadoras, encabezadas por Dora Koller del Departamento de Genética, Microbiología y Estadística de la Facultad de Biología de la UB, han demostrado que esta condición parece estar estrechamente relacionada con el trauma por contacto, lo que refiere a situaciones donde hay una interacción física directa entre la víctima y el agresor, como abuso físico o agresiones sexuales.

La investigación se fundamenta en análisis observacionales y genéticos de 8,276 mujeres con endometriosis y 240,117 pacientes de control, registradas en el UK Biobank, una base de datos biológica del Reino Unido.
De este modo, las mujeres diagnosticadas con endometriosis presentaron un 17% más de probabilidad de haber experimentado agresiones sexuales en la adultez, un 17% más de probabilidad de haber presenciado una muerte repentina, y un 36% más de probabilidad de haber recibido un diagnóstico amenazante para su vida.
El estudio también ha encontrado una coincidencia genética entre la endometriosis y el trauma, particularmente con el trastorno de estrés postraumático y el abuso en la infancia.
“El trauma infantil, como sentir que un familiar te desprecia o haber sido víctima de maltrato físico en casa, también se relaciona con la endometriosis”, resaltó la investigadora.
Otro aspecto significativo sobre el abuso infantil es que se ha comprobado que hay una relación con el hecho de que un progenitor o adulto haya podido llevar a las mujeres al médico en su infancia.
Según Koller, este aspecto es “especialmente crítico” en el caso de la endometriosis, ya que contar con cuidadores que aseguren el acceso a la atención médica en esa etapa puede influir en la resiliencia frente al estrés y en la búsqueda de atención, disminuyendo la probabilidad de un diagnóstico y tratamiento inadecuado.
“Es probable que quienes carecen del apoyo de cuidadores tengan menores posibilidades de defender su salud”, comenta la investigadora.
El mundo celebra este nuevo descubrimiento que promete mejorar la detección precoz de esta enfermedad que afecta a 190 millones de mujeres a nivel global.
Además, la endometriosis no solo provoca intensos dolores menstruales, sino que también impacta el funcionamiento de los ovarios, las trompas y la reserva ovárica, lo que puede crear muchos inconvenientes para una mujer que busque concebir.
“De hecho, entre el 30 y el 50% de las mujeres con esta condición son infértiles. Una cifra alarmante, considerando que es una enfermedad que afecta aproximadamente a una de cada diez mujeres desde su primer ciclo hasta la menopausia”, detalla a Onda Cero un especialista del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre.
En ocasiones, la endometriosis provoca obstrucciones o dificultades de movilidad en las trompas, interfiriendo en el encuentro entre el óvulo y el espermatozoide.