Noticias
qué factores pueden explicar el autismo, según los especialistas
“El autismo es un punto de quiebre final de un desafío social complejo de múltiples factores de riesgo”, define el neuropsiquiatra infantojuvenil Christian Plebst. En esa línea, el médico explica que son factores genéticos, congénitos, biológicos, y sociales los que pueden explicar los trastornos del espectro autista (TEA) en un niño que deja de aprender, que se aleja y que genera conductas repetitivas.
Ayer, el presidente Donald Trump afirmó, sin aportar nueva evidencia, que el consumo de Tylenol —conocido genéricamente como paracetamol— durante el embarazo podría estar asociado con un mayor riesgo de autismo en los niños y adelantó que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) notificará a los médicos sobre esta posibilidad.
“Tomar Tylenol no es bueno. Lo digo claramente, no es bueno”, afirmó Trump. Durante un discurso en la Casa Blanca, el primer mandatario también sostuvo que las embarazadas deberían evitar el consumo de paracetamol salvo que sea “médicamente necesario”, como en un caso de “fiebre extrema”, y recomendó que, idealmente, no lo tomen en absoluto. También añadió que “no se le debe dar paracetamol a los niños cada vez que les pongan una vacuna”.
En línea con la reacción de la comunidad médica y científica que coincidieron en que todavía no hay evidencia científica publicada que respalden la relación que planteó Trump, un portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo este martes que las pruebas siguen siendo inconsistentes.
“Para algunos niños puede llegar a ayudarlos. El gran desafío es la falta de especificidad Cada caso de autismo es cada caso de autismo”, explicó Plebst.
Alexia Rattazzi, doctora en medicina de la Universidad Favaloro, psiquiatra infantojuvenil, cofundadora y coordinadora en Panaacea (Programa Argentino para Niños, Adolescentes y Adultos con Condiciones del Espectro Autista) describe también de esa forma la condición: “Cuando hablamos de espectro autista, estamos hablando de un espectro que es muy variable y muy heterogéneo. Probablemente primero deberíamos hablar de autismos, en plural, y, probablemente en cada persona que está dentro del espectro autista hay una combinación única de factores genéticos y factores ambientales que están interactuando entre sí y resultando en las características que hoy describimos como dentro del espectro autista”.
“Hoy por hoy en realidad no se ha descubierto ninguna causa. Si usamos ese término causa significaría que de haber ese factor presente en cualquier persona sí o sí esa persona tendría la condición. No hay ningún factor, ni genético, ni ambiental, ni de ningún tipo, que este en esta condición de causalidad en relación al autismo”, enfatiza la autora de Plan de Vida, entre otras publicaciones, un libro en el que relata cómo enfrentar una vida adulta con autismo con una mirada positiva y personal.
Y sigue: “Todavía no podemos hablar de factores causales, podemos hablar de lo que en medicina se llama factores de riesgo, la diferencia es que si ese factor está presente hay mayores chances de que alguien esté dentro del espectro autista. El paracetamol es uno de los medicamentos que se investigó, se investigaron otros en el pasado”.
“Ya llevamos casi cuatro o cinco generaciones de mala alimentación, estrés, intoxicaciones ambientales, aumento de mercurio, plomo, vacunas. Es la suma de factores de riesgo. Hoy hay teorías que van desde cuestiones preconcepcionales; durante el embarazo -por la exposición de las madres al plomo, mercurio, toxicidad, estrés; el nacimiento por cesárea que hace que no se siembre la flora intestinal; menos amamantamiento; uso de antibióticos a edad demasiado precoz que vuelve a barrer la flora intestinal; el asma; aparecen un montón de situaciones”, ahondó Plebst.
El neuropsiquiatra infanto-juvenil define al autismo como un punto de llegada final. “El niño llegó a esa desconexión por factores distintos porque, insisto, el autismo es un punto de llegada final, cuando el cerebro no puede organizar, procesar, integrar y modular la información sensorial afectiva y de control motriz que le llega de su entorno. La causa no va a aparecer, lo que va a aparecer son distintas causas genéticas, biológicas, ambientales”, apuntó.
En esa misma línea, la Dra. Paulina Carullo, neuróloga infantil de Fleni dijo a LA NACION: “Cuando decimos que el autismo es un trastorno del neurodesarrollo de origen complejo y multicausal, nos referimos a que no existe una única causa, sino varias. Factores genéticos y ambientales se combinan desde muy temprano en la vida y dan lugar a distintas trayectorias. No hablamos de una relación directa de causa y efecto, sino de diversas condiciones que se combinan y se potencian entre si”.
En los últimos años se observa un aumento en el número de casos de autismo diagnosticados en todo el mundo. Se considera aproximadamente que entre el 1 y el 3%, dependiendo en dónde se mide, de la población mundial estaría dentro del espectro autista y las razones del aumento suelen estar asociadas a una mayor detección de casos.
“Gran parte de este crecimiento se explica por una mejor detección, mayor conciencia social y criterios clínicos mas amplios. Sin embargo, no podemos descartar que existan también factores ambientales que estén contribuyendo, aunque todavía no hay consenso científico sobre cuáles serían ni en qué medida influyen. Esto es un tema de constante investigación a nivel mundial”, apuntó.
En los Estados Unidos la prevalencia pasó de un niño cada 150 hace dos décadas a uno cada 36. En la Argentina no hay cifras oficiales ni un registro único de prevalencia pero según mencionó la especialista los estudios disponibles muestran cifras similares a las internacionales.