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victoria épica en Barranquilla para seguir vivo y en la pelea

Santa Fe no se entrega, se niega a quedar eliminado. En Barranquilla sufría, perdía 1-0, se despedía del campeonato, dejaba el trono de campeón en la cancha, hasta que llegó su héroe de siempre, su salvador habitual, Hugo Rodallega, que con un golazo de tijera, golazo de película, logró el empate 1-1, y luego Harold Mosquera clavó el segundo gol para una victoria épica, 1-2, de esas victorias tan santafereñas.
Santa Fe no estaba para empates, le misión era ganar, y lo hizo, contra todo pronóstico, herido como venía, en una cancha tan adversa, y ahora vive, o revive, porque tiene 25 puntos, con dos partidos por jugar. El león está muy vivo.
El drama inicial para Santa Fe
Junior vs. Santa Fe. Foto:Oscar Berrocal. Agencia kronos
Tan solo 8 minutos y Santa Fe parecía noqueado, sin reacción. Chará casi les mete el segundo gol, porque era un tiburón voraz, que atacaba con mucha fluidez. Santa Fe, en su afán y en su desespero, arriesgó mucho, expuesto al todo o nada.
Al minuto 28 el delantero Hugo Rodallega lanzó un tiro libre potente, con veneno, un disparo que ilusionó a los cardenales, porque la pelota fue al área y un jugador del Junior la desvió hacia su propio arco, pegó en la humanidad de Olivera y fue adentro, gol, pero era una Jugada para revisión del VAR. Finalmente fue anulado.
Y no hubo mucho más para contar en la primera parte. Santa Fe no tenía las armas para aspirar al empate y Junior parecía que no quería ir por más, y si quiso, no tuvo puntería. El portero Marmolejo evitó el segundo gol más de una vez, fue necesaria su agilidad para que Santa Fe mantuviera una leve esperanza.
Santa Fe y sus milagros
Junior vs. Santa Fe Foto:Oscar Berrocal. Agencia kronos
Pero en ataque Santa Fe no hacía mucho para gestionar el milagro. Si acaso un remate de Rodallega ya en el segundo tiempo que exigió al portero Silveira. El partido se fue esfumando y Santa Fe se fue entregando. Hasta que apareció el de siempre, el goleador, sí, Rodallega, minuto 72 y el delantero lanzó una tijereta de esas que obligan a los aplausos; el arquero quedó como una estatua, apenas giró la cabeza, testigo del golazo de Hugo. Fue el 1-1.
El festejo cardenal fue rabioso, un desahogo, porque el equipo parecía muerto, liquidado, y de repente, con esta obra, revivía. Pero eso no era todo, quedaba más épica santafereña
Junior vs. Santa Fe. Foto:Oscar Berrocal. Agencia kronos
El partido pedía otra cosa, como cuando Jhohan Torres casi mete el segundo gol cardenal, en una jugada veloz que lo encontró a él de cara al portero y falló cuando ya lo celebraba, y también pudo ser diferente si Titi Rodríguez tiene un poquito más de puntería en un disparo tremendo que pasó muy cerca mientras Marmolejo volaba.
El final fue de nervios, de lado y lado, Santa Fe apelando a su furia con un remate de Meli que desvió el portero. El león estaba para otro festejo, lo olfateaba, y fue cuando Rodallega comandó el contragolpe, ‘¿qué hago, remato o asisto?’, se debió preguntar en un instante fugaz de lucidez, y decidió meter el pase para que Harold Mosquera, que llegaba mejor, entrara al área y sacara el remate de la victoria, el remate milagroso. Santa Fe ganó y vive.
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