Economia
Transformar residuos en oportunidades: el reto que Colombia debe convertir en motor de equidad y economía circular

Colombia genera cerca de 12 millones de toneladas de residuos al año, pero solo recicla el 17 por ciento. Esta cifra, más allá de revelar una brecha crítica, plantea una oportunidad estratégica para construir un país más limpio, resiliente y circular. Esa fue la principal conclusión del foro ‘Gestión de residuos: un debate urgente para Colombia’, organizado por Foros Semana y el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), donde más de 20 expertos coincidieron en que el reto es grande, pero la voluntad y el conocimiento ya existen.
Cultura, planeación y corresponsabilidad
La gestión de residuos comienza en casa. Andrea Marú, subdirectora de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp), lo expresó con claridad: “Tenemos un gran reto frente a la cultura ciudadana, asociado a la presentación adecuada de residuos en los horarios y frecuencias determinados, al conocimiento de qué residuos pueden o no presentarse. Así tengamos rutas, esquemas de barrido, una logística robusta, si el ciudadano saca residuos después de que pasa el camión, no hay forma de mantener limpia la ciudad”. Para ella, sin cultura ciudadana no hay infraestructura que funcione.
Este llamado se complementó con el de Andrea Pérez, gerente del Centro de Gerenciamiento de Residuos Doña Juana, quien subrayó que “cada vez que voy a la celda de disposición digo: ‘Esto no tenía por qué llegar acá’”. Para Pérez, es clave generar incentivos desde la separación en la fuente. Además, recordó que la disposición final debe ser modernizada, pero no eliminada: “No hay que satanizarlo y entender que este es un servicio esencial y fundamental”.
En Antioquia, el reto se multiplica por factores sociales. Vanessa Paredes, directora de Recursos Naturales del departamento, explicó que “muchos municipios tienen necesidades básicas insatisfechas superiores al 82 por ciento y casi todo el territorio es zona de conflicto”. En ese contexto, conectar territorios aislados requiere estrategias innovadoras más allá de la educación ambiental. “Nuestro reto como departamento es conectar esos municipios aislados que requieren una gestión integral de residuos”, agregó.
Desde lo local, el alcalde de Villa de Leyva, Víctor Gamboa, advirtió sobre los impactos de una planificación inadecuada: “Boyacá tiene 123 municipios, la mayoría llevan sus residuos a Pirgua, una vereda de Tunja. Nunca se pensó en el uso del suelo para el manejo de residuos en los Planes de Ordenamiento Territorial (POT). Esto eleva los costos, especialmente por transporte. En un fin de semana con festival, la generación de residuos puede triplicarse”. En su opinión, cada municipio debe contar con una solución realista y propia.
Desde el sector privado, Ángela Escarria, directora sectorial de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco), insistió en tres prioridades: fortalecer el sector de aseo, promover corresponsabilidad ciudadana y avanzar hacia una economía circular. “Ya estamos aprovechando 45.000 toneladas de residuos al año con captura de biogás, con un potencial de un millón de toneladas para generar energía”; como en Villavicencio, donde el relleno Bioagrícola gestiona 1.200 toneladas anuales de residuos orgánicos con un potencial de 474.000 toneladas. Además, advirtió sobre la importancia de dar un paso más hacia la formalización y dignificación de las organizaciones de recicladores de oficio.
Economía circular, justicia y tecnología
En este sentido, uno de los llamados más contundentes fue el de Nohra Padilla, presidenta de la Asociación Nacional de Recicladores: “Bogotá enterró 2 millones de toneladas en Doña Juana el año pasado. Mientras tanto, los recicladores recogemos entre 2,5 y 3 millones en todo el país. Le evitamos a Colombia un relleno sanitario cada año”. Padilla pidió justicia con los recicladores, protección a las organizaciones de base y precios justos para los materiales: “Hoy vivimos una caída en los precios del polietileno tereftalato (PET), y muchas comercializadoras compiten de manera desleal”.
El problema de los plásticos también fue central. Jonathan Sánchez, gerente de la Plataforma Nacional de Acción sobre Plásticos, indicó que entre 1,4 y 2,7 millones de toneladas de estos materiales se filtran anualmente a ríos y mares. “Luego regresan a nosotros en formas no tan agradables: dentro del pescado o incluso en otros alimentos”.
Sánchez también advirtió que ya se han hallado microplásticos en el oso andino y en abejas de la sabana de Bogotá. Los impactos, según explicó, son físicos (enredos), fisiológicos (falsa saciedad y mala absorción de nutrientes) y sistémicos (fallas en órganos o sistemas endocrinos), con efectos que escalan en la cadena alimenticia por biomagnificación.
El presidente de la Asociación Colombiana de Industrias Plásticas (Acoplásticos), Daniel Mitchell, propuso soluciones como el ecodiseño, los materiales monocapa y el reciclaje químico “que devuelve el plástico a su estado molecular, generando una materia prima comparable con la original”. Además, destacó que Colombia “es el único país de América Latina con un ejemplo de reciclaje químico y uno de los líderes en reciclaje mecánico de PET”.
Desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Ramírez enfatizó que “la transformación requiere coherencia normativa, apoyo técnico y recursos sostenidos”. Mencionó avances como la responsabilidad extendida del productor y el impuesto a plásticos de un solo uso, siempre que estén bien articulados con los territorios.
En innovación territorial, Rafael Acosta compartió la experiencia del Centro de Vida Marina en Santa Marta, donde comunidades de pescadores restauran corales. “Entendieron que la basura bajo el mar afecta su seguridad alimentaria y económica”, señaló. Por su parte, en Cali, el programa Mi Cali Bella ha recuperado 51 puntos de arrojo ilegal y transformado el antiguo relleno Navarro en un ecosistema funcional, “impactando a más de 600.000 personas”, precisó Camilo Murcia, director de la Uaesp de la ciudad.
Cristian Grisales, ejecutivo principal de la Gerencia de Acción Climática y Biodiversidad Positiva de CAF, señaló que “la inversión en conservación de ecosistemas es clave para enfrentar los desafíos ambientales”. En la COP16, la entidad anunció un fondo de 300 millones de dólares para restauración de ecosistemas estratégicos, incluyendo los marino-costeros.
Un compromiso colectivo
El foro ‘Gestión de residuos: un debate urgente para Colombia’ dejó una convicción compartida: gestionar bien los residuos no es solo una cuestión ambiental, sino una apuesta por la equidad, la salud pública, la eficiencia productiva y la calidad de vida. Apostarle a la economía circular es apostarle al futuro. La buena noticia es que ya hay experiencias, herramientas y liderazgos para hacerlo. Hoy, más que nunca, el país necesita sumar esfuerzos, cerrar brechas y transformar residuos en oportunidades.