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Tras perder la final de la Copa América femenina, la Selección Colombia comienza a pensar en el relevo y a armar su equipo para el futuro

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La Seleccíón Colombia femenina pasa la durísima derrota en la final de la Copa América contra Brasil (3-3 en el tiempo regular, 4-4 en el extra tiempo y 4-5 en los penaltis).

Sigue sin ganar el título, pero el ojo está puesto en la conformación del equipo para el futuro, que incluye la Liga de Naciones, clasificatoria para el Mundial de Brasil 2027, y, por supuesto, los Olímpicos de Los Ángeles 2028. Toca volver a intentarlo.

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La base histórica de Colombia ya comienza a despedirse del equipo. El de este sábado pudo ser el último partido en Copa América femenina de figuras como Catalina Usme, Daniela Montoya o Carolina Arias, aunque la goleadora histórica de la Selección ya declaró hace poco que su meta es despedirse con una nueva olimpiada y, ojalá, con una medalla.

“Sueño con cerrar mi carrera profesional en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, donde por primera vez en la historia el fútbol tendrá en competencia mayor número de equipos femeninos que masculinos, como muestra de una realidad innegable: el fútbol femenino es imparable”, dijo Usme en mayo de este año.

Catalina Usme se pronunció ante el resultado de la final. Foto:AFP / EFE

El relevo ya empezó: Linda Caicedo, la cara visible de la nueva generación

Con ese panorama, Marsiglia empieza a darles juego a varias jugadoras que han pasado por los procesos de selecciones juveniles, algunos muy exitosos, como el que terminó con el subcampeonato mundial juvenil en 2022 en India. La figura de ese equipo, Linda Caicedo, ya hace rato se integró a la absoluta, al igual que Ana María Guzmán, ambas ya mundialistas en Australia y Nueva Zelanda hace dos años.

Linda Caicedo, figura de Colombia Foto:EFE

Pero el tránsito hacia el equipo de mayores ha sido más lento para otras figuras, y es normal. En los 34 partidos que ha dirigido Marsiglia, desde que asumió a finales de 2023 tras la salida de Nelson Abadía, 47 jugadoras distintas han pisado la cancha al menos un minuto: 24 de ellas son menores de 25 años y ocho de ellas aún están en la categoría Sub-20, incluyendo a Linda.

Siete de ellas ya se ganaron un lugar en el listado de 23 convocadas para la Copa América Femenina, y una de ellas ha sorprendido, aparte de su juventud, por su picardía, velocidad y poder ofensivo: Valerin Loboa, delantera del Deportivo Cali, de apenas 18 años. Llegó en la última fecha Fifa al equipo y se quedó con el puesto.

Valerin Loboa (izq.) Foto:AFP

“La conozco desde hace tiempo, desde torneos juveniles. A pesar de su talla, tiene una condición técnica destacada. La comparamos con Paloma Zuluaga, tienen características similares. Antes era muy joven y su posición la ocupaba Karla Torres. Es un proyecto de jugadora importantísima. No tengo dudas de que pronto estará en un club top. Tiene un futuro inmenso”, dijo Marsiglia a Blog Deportivo, de Blu Radio.

A trabajar en el relevo de la Selección femenina: de atrás hacia adelante

En el arco, Marsiglia volvió a darle continuidad a la experimentada Katherine Tapia, pero tiene a dos jóvenes haciendo fila. Una, Natalia Giraldo, que estaba en la lista y se lesionó poco antes de viajar a Ecuador, y la otra, Luisa Agudelo, que la reemplazó a última hora en el plantel de la Copa y que, a los 18 años, ya tiene dos partidos con la absoluta y un subcampeonato mundial Sub-17.

Luisa Agudelo, arquera de la Selección Colombia Foto:Federación Colombiana de Fútbol

El toque de juventud también ha llegado a la defensa, con la inclusión de Mary José Álvarez, que fue figura en el Mundial Sub-20 de Colombia el año pasado, y Yirleidis Quejada Minota, quien, a los 22 años, ya dio el salto al exterior: juega en el Pachuca. Quejada apunta a pelearles el puesto a Daniela Caracas y, cuando vuelva, a Manuela Vanegas.

Mary Alvarez Foto:Jáiver Nieto / EL TIEMPO

Marsiglia también comenzó a darles minutos a dos jugadoras que venían haciendo fila desde hace rato y que habían jugado un par de partidos con Abadía: una, Liced Serna, que estuvo en procesos juveniles y ganó oro en los Bolivarianos de 2022, y la otra, Ilana Izquierdo, que llegó para ser titular, con 23 años recién cumplidos, por encima de la histórica Daniela Montoya, que sigue aportando en cuanto a liderazgo.

El ataque parece cubierto con el tridente de oro que está en Europa, integrado por Catalina Usme (que acabó su contrato con el Galatasaray), Linda Caicedo (consagrada en el Real Madrid) y Mayra Ramírez (gran figura y campeona con el Chelsea).

Sin embargo, ya hay dos jugadoras que comienzan a aportar mucho: Loboa y Wendy Bonilla, también de 23 años, con un Mundial Sub-17 y uno Sub-20 encima, y ya transferida al exterior, desde el América, para jugar en Pumas.

Marsiglia dejó por fuera esta vez a varias figuras jóvenes como María Camila Reyes, Karla Torres, Gisela Robledo y Gabriela Rodríguez. Y hay otras que ya llevan años en el equipo y están dentro del rango de las menores de 25 años, como Manuela Vanegas, una de las destacadas en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda en 2023, y que se alista para volver a jugar, ahora en Inglaterra. O como Ángela Barón, que, con apenas 21 años, terminó su segunda Copa América y seguía haciendo la fila detrás de las zagueras centrales titulares, Daniela Arias y Jorelyn Carabalí. O también Manuela Paví, que cumplirá los 25 en diciembre y ha ganado muchos minutos desde la llegada de Marsiglia, lo que le ayudó a llegar al fútbol inglés. Colombia se sigue consolidando como una de las potencias del fútbol femenino en Conmebol, con un relevo adecuado.

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