Trump revela un ambicioso acuerdo con Boeing para desarrollar el revolucionario caza F-47

El mandatario de Estados Unidos Donald Trump comunicó el viernes la ratificación de un pacto con Boeing para crear una nueva generación de aviones de combate, llamados F-47.

Estas aeronaves están diseñadas para suplir a los F-22, los cuales han estado operativos durante alrededor de dos décadas, y se anticipa que entren en servicio para el 2029.

“El contrato será otorgado a Boeing por la fuerza aérea”, expresó Trump a los periodistas en el Despacho Oval de la Casa Blanca, sin proporcionar detalles financieros por motivos de seguridad.

“No hay nada similar en el planeta, y se conocerá como el F-47; los generales eligieron un nombre, y es un número extraordinario: F-47. Será el avión más moderno, con mayor capacidad y letalidad jamás fabricado, dotado de tecnología stealth de vanguardia”, declaró Trump, quien ostenta el cargo de 47º presidente de Estados Unidos.

A pesar de que los pormenores del nuevo F-47 son aún inciertos, el presidente agregó que será “prácticamente invisible”, contará con una maniobrabilidad excepcional y será más poderoso, además de ser capaz de operar “con numerosos drones”, algo que “ningún otro avión puede lograr”.

A su lado se encontraba el secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien expresó que este anuncio “transmite un mensaje muy claro y directo a nuestros aliados (…) y a nuestros adversarios”, ya que demuestra que “podremos proyectar nuestro poder a nivel global sin limitaciones para las generaciones futuras”.

La fabricación de estos aviones representa una oportunidad para Boeing, que ha estado atravesando una crisis severa desde el año pasado, relacionada con problemas de calidad en su producción y una huelga que detuvo durante más de cincuenta días sus dos principales plantas.

De hecho, poco después de la declaración, las acciones de Boeing se incrementaron en la Bolsa de Nueva York (+4,78% a 181,09 dólares).

El programa para sustituir a los F-22 fue suspendido en 2024, durante la administración del ex presidente Joe Biden, debido a sus elevados costos, que representan una inquietud para Trump, quien encomendó al multimillonario Elon Musk que disminuyera drásticamente el gasto público a través de la Comisión de Eficiencia Gubernamental (DOGE).

La Oficina de Presupuesto del Congreso estimó en 2018 que los nuevos aviones podrían costar hasta 300 millones de dólares cada uno, una cifra notablemente más alta que la de varias aeronaves actuales del arsenal estadounidense.

Sin embargo, un oficial de la fuerza aérea indicó a comienzos de este mes que un análisis realizado tras la interrupción del programa de sustitución de los F-22, denominado NGAD, destacó que “no solo en el pasado, no solo en el presente, sino también

“En el porvenir, la predominancia en el aire es vital”.

“Este análisis nos indica que hemos investigado múltiples alternativas, y ninguna supera al NGAD en cuanto a lograr la superioridad aérea en esta situación altamente competitiva”, comentó el general de división Joseph Kunkel durante un evento en Colorado.

Asimismo, el líder del Estado Mayor del Aire, el general David Allvin, aclamó la llegada de esta nueva aeronave, cuyo diseño permitirá “vencer a cualquier oponente que se atreva a desafiar” a los pilotos estadounidenses.

Ciertamente, aunque reconoció las habilidades del F-22, que fue lanzado en 2005 y cuenta con tecnologías que le brindan invisibilidad y elevada maniobrabilidad, señaló que la nueva generación permitirá mejoras significativas: tendrá un menor coste, será más versátil, ofrecerá un rango mucho más extenso, será más ecológica y proporcionará mejor capacidad de mantenimiento y disponibilidad.

(Con información de AFP)