qué coches gasolina y diésel podremos seguir comprando a partir de 2035

Europa permitirá vender coches de combustión más allá de 2035. No todos ni sin límites, pero seguiremos pudiendo comprar estos modelos con tubo de escape en un contexto en el que, para entonces, los coches electrificados serán lo corriente.

Lo primero que debemos tener en cuenta es que, aunque la Comisión Europea no ha prohibido este tipo de coches contaminantes, sí ha establecido que el objetivo de emisiones deberá haberse rebajado al 90% respecto a 2021. Es decir, que se prevé que las trabas a la venta de este tipo de coches con motor térmico vaya incrementando hasta que seamos los propios conductores los que los consideremos como una opción ‘poco atractiva’ y dejemos de pensar en ellos.

La clave está en la media

El sistema no funciona por prohibición individual, sino por media de emisiones según la marca. Te ponemos un ejemplo. Si los coches que una marca vendía en 2021 emitían de media 120 g de CO2/km, en 2035 esta media de coches vendidos por parte de la marca deberá ser como máximo de 12 g de CO2/km. Cuidado, no hablamos de la media de los modelos que tenga en catálogo, porque puede ser que tenga en su portfolio coches poco contaminantes pero la gente prefiera los que contaminan; esa media se refiere a los que venda en Europa, contabilizados uno a uno.

Así, si a los conductores les diera por seguir comprando coches con tubo de escape de una determinada marca, a esta no le quedaría otra que restringir la venta de estos modelos, incentivar a los 100% eléctricos con descuentos o prepararse para pagar una multa que no es pequeña: la sanción anual ya está estipulada y es de 95 euros por cada gramo de CO2 excedido, multiplicado por cada coche vendido.

Por aclararlo con un ejemplo, diremos que si esa marca que debe quedarse en 12 gramos elevara su media hasta los 17 gramos, y que hubiese vendido en Europa 500.000 coches ese año, habría que multiplicar 5 gramos (la diferencia) por 95 euros, y después multiplicar todo por los 500.000 coches vendidos. Así, la marca tendría que pagar 237,5 millones… Solo ese año.

Pese a ello, estos son los modelos con motor térmico que podrá seguir vendiendo en Europa:

Híbridos enchufables (PHEV)

Seguirán siendo una de las principales opciones con motor de combustión. Combinan motor eléctrico y térmico, con autonomías eléctricas que para mediados de la próxima década podrían acercarse ya a los 200 kilómetros. La UE estudia endurecer las homologaciones de estos modelos, con un mayor uso en condiciones reales, alejadas de las circunstancias de laboratorio.

Coches con autonomía extendida

Son coches eléctricos que incorporan un pequeño motor de combustión solo para generar electricidad cuando se agota la batería. No impulsan directamente las ruedas. Al tener emisiones muy reducidas y un uso limitado del motor de combustión, encajan mejor en el nuevo marco regulatorio.

Híbridos ligeros (mild hybrid)

Podrán seguir existiendo, pero se espera que tengan fuertes restricciones. Su reducción de emisiones es limitada (más o menos entre un 10% y un 15%) respecto a un motor solo gasolina (o diésel), por lo que su peso en el mercado será muy reducido. Los fabricantes solo podrán venderlos si compensan sus emisiones con suficientes vehículos cero emisiones.

Coches de gasolina y diésel ‘puros’

No estarán prohibidos de forma explícita, pero hay que ser realistas y reconocer que se convertirán en algo muy extraño. Ten en cuenta que un coche de gasolina o diésel convencional emite entre 100 y 130 g de CO2 por km. Quizá para dentro de una década sea normales más cifras en torno a los 90 g/km, pero aun así seguirá siendo muy por encima de los límites medios permitidos. Así que estos solo podrían venderse en volúmenes muy bajos o usando biocombustibles o combustibles sintéticos, a día de hoy escasos y caros.

¿Y los diésel, se podrán seguir vendiendo?

Sí, legalmente no desaparecen, pero su continuidad será muy, muy residual. El diésel parte con desventaja por sus emisiones de NOx y partículas. Sin combustibles alternativos y sin compensaciones industriales, será difícil que encajen en el objetivo del 90%.

De todas formas, hay que tener en cuenta que venta no es lo mismo que circulación. La norma afecta solo a la venta de coches nuevos a partir de 2035, pero no nos prohíbe conducir coches de combustión vendidos antes de esa fecha.