Economia
Convertir a Colombia en un hub regional de producción y exportación dependerá de infraestructura, política pública y formalización laboral

Durante el panel “Colombia como hub de nearshoring: estrategias del sector privado y regionalización de cadenas de suministro para la competitividad global”, en el marco de la la cumbre “Colombia navegando hacia su puerto de destino en la coyuntura global de la Era Trump”, realizado por EL TIEMPO en alianza con la Fundación Ciudadanía en Acción, líderes gremiales analizaron el papel del país en el nuevo mapa de relocalización productiva global.
El debate, que reunió a Jorge Enrique Bedoya presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Augusto Solano (Asocolflores) y Javier Díaz Molina (Analdex), resaltó tanto las oportunidades del nearshoring como los cuellos de botella estructurales que deben resolverse para que Colombia sea un destino competitivo para la inversión extranjera.
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“Nos falta una visión política comprometida. Mientras este país no tenga infraestructura y seguridad, no se podrán aprovechar las ventajas naturales. De los 142.000 kilómetros de vías terciarias, solo el 20 por ciento está en buen estado”, afirmó Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia.
El líder gremial insistió en que sin conectividad y estabilidad rural, las fronteras agropecuarias seguirán desaprovechadas, pese al potencial del país para abastecer mercados en Norteamérica, Europa y Asia.
Por su parte, Augusto Solano, presidente de Asocolflores, advirtió que los recientes ajustes arancelarios en Estados Unidos y México han abierto oportunidades, pero subrayó que el escenario aún es incierto.
“Estos aranceles nos ponen en una posición interesante, pero es temprano para ensillar. Todavía no hay decisiones en firme y la competencia con México es fuerte. No podemos hablar de oportunidades duraderas sin reglas claras”, explicó.
Solano enfatizó que mantener la confianza internacional pasa por garantizar condiciones laborales, fiscales y regulatorias estables.
“Hemos logrado posicionar las flores colombianas en el exterior, pero no se pueden cambiar las reglas de juego. La tranquilidad para los inversionistas depende de la formalidad, la estabilidad tributaria y laboral”, puntualizó.
Jorge Bedoya, Presidente SAC; Augusto Solano, Asocolflores y Javier Díaz, Presidente de Analdex Foto:Sergio Medina Moreno, El Tiempo
El presidente de Analdex, Javier Díaz Molina, fue contundente al señalar que la falta de una política pública coherente está debilitando el ecosistema exportador.
“Hay que rescatar la política pública de exportaciones. Es imposible avanzar con tantas trabas. Exportar no es vender chucherías; los empresarios pueden hacer su parte, pero si la institucionalidad no funciona, no hay competitividad”, advirtió.
Díaz subrayó que los altos costos logísticos y la falta de digitalización ponen a Colombia en desventaja frente a competidores regionales.
“Mientras el mundo opera conectado, nosotros seguimos usando papel. La trazabilidad digital no es opcional, es el requisito para entrar a los nuevos mercados”, sostuvo.
Los panelistas coincidieron en que el agro, la agroindustria, los minerales estratégicos y las manufacturas podrían ser los grandes beneficiados del nearshoring, si se alinean políticas de infraestructura, inversión y diplomacia comercial.
“El aguacate, las frutas y las hortalizas tienen gran potencial. Los países se están especializando y ahí hay oportunidades reales de exportación”, señaló Augusto Solano.
En tanto, Javier Díaz apuntó a otros nichos con capacidad de expansión, “hay espacio para crecer en tarjetas inteligentes que antes Estados Unidos le compraba a China, accesorios de hierro, paneles solares y productos de valor agregado. También podemos atraer inversión extranjera hacia esos sectores emergentes”.
Bedoya agregó que el país necesita garantizar seguridad en las vías y zonas rurales para mantener la producción y proteger la cadena de valor, “no se puede romper el sueño de los empresarios bloqueando carreteras. La tilapia y otras proteínas de origen animal tienen potencial si se asegura la logística y el abastecimiento”.
Los tres líderes coincidieron en que Colombia debe revivir sus alianzas regionales, especialmente la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y la Alianza del Pacífico, como mecanismos para reforzar la competitividad ante la volatilidad política global.
“La CAN no ha funcionado bien para el agro. Debemos ser realistas y naturales para que se den alianzas que realmente sirvan”, opinó Bedoya.
“Hay que repensar cómo reactivar las alianzas regionales. Estos procesos nos ayudan a mantenernos fuera de los caprichos de las decisiones unilaterales”, complementó Javier Díaz.
Desde Asocolflores, Solano recordó que Estados Unidos sigue siendo el principal aliado comercial del país y que esa relación debe protegerse con estabilidad y cumplimiento, “nuestra alianza con Estados Unidos es estratégica. Hemos logrado ser promotores del libre acceso de nuestras flores y debemos conservar ese liderazgo”.
El panel coincidió en que la meta de convertir a Colombia en un hub regional de producción y exportación dependerá de decisiones inmediatas en infraestructura, política pública y formalización laboral.
Como señaló Jorge Bedoya, “Colombia tiene todo el conocimiento, el potencial agrícola y la ubicación estratégica, pero necesita coherencia en las políticas públicas y compromiso de Estado para transformar su productividad en competitividad global”.
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