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Economia

Desafíos del PIB colombiano: Perspectivas y Oportunidades para el 2025

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Aunque en este punto no existen dudas de que la economía colombiana experimentará un crecimiento en el 2025, superando la del año anterior, durante los meses recientes, el optimismo de analistas y autoridades financieras parece haber comenzado a transformarse en precaución, ya que aunque indicadores como el ISE han proporcionado gratas sorpresas, hay amenazas que no se han gestionado adecuadamente, particularmente en el ámbito fiscal.

Las proyecciones más recientes del Producto Interno Bruto, que se dieron a conocer entre marzo y abril, han compartido un aspecto en común: mientras que algunos se mantienen por debajo del 3% para el 2025, otros han disminuido sus expectativas, asegurando que si no se corrige el rumbo, la desaceleración podría volver a dominar.

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En esencia, mientras la economía se sumerge en un proceso de recuperación tras dos años de escaso dinamismo, nuevos factores de riesgo, especialmente de naturaleza fiscal y externa, han forzado a los especialistas a suavizar su optimismo inicial.

Portafolio llevó a cabo un nuevo sondeo en colaboración con Anif, Grupo Bolívar, Bancolombia, Corficolombiana, el Banco de Bogotá, el Ministerio de Hacienda, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyas previsiones indican que el Producto Interno Bruto crecería entre un 2,4% y un 2,8% en 2025, y entre un 2,7% y un 3% en 2026. Aunque estas cifras superan las registradas en 2023 y 2024, reflejan un ritmo de expansión moderado y son un reflejo de la creciente inquietud presente en el mercado.

Crecimiento Económico.

Cortesía – A.P.I.

Templanza en el optimismo

La revisión más reciente provino del Fondo Monetario Internacional, que la semana pasada disminuyó sus proyecciones para 2025 del 2,5% al 2,4%; advirtiendo que el rápido aumento de tensiones comerciales a nivel global ha generado niveles inusuales de incertidumbre, afectando las expectativas de inversión y comercio internacional.

Esta tendencia de ajuste a la baja se vuelve a observar en el Banco Mundial, que también ha reducido su previsión a un 2,4% para 2025, señalando la persistente debilidad en el crecimiento de la productividad, los bajos niveles de integración comercial y las desigualdades regionales como obstáculos estructurales para un crecimiento más sólido.

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Por otro lado, las entidades de análisis nacionales, como Anif, Bancolombia y Corficolombiana, han asumido una postura prudente y, aunque sostienen un panorama base de recuperación, reconocen que el contexto fiscal interno y la inestabilidad externa representan riesgos significativos que podrían manifestarse en tasas de crecimiento económico más bajas.

“Estamos observando el dinamismo de las ventas al por menor en los últimos meses, lo cual destacamos como un indicio positivo de una demanda interna robusta de los hogares, contribuyendo a impulsar la economía donde la disminución de precios de productos se une a un aumento en la demanda de bienes duraderos, tales como vehículos, motos, electrodomésticos y dispositivos electrónicos que habían estado en declive”, manifestó.

ISE

ISE

AFP

La carga del riesgo fiscal

Uno de los factores clave detrás de la revisión en las proyecciones es el deterioro de las finanzas públicas. Tanto analistas nacionales como internacionales advierten que Colombia enfrenta un reto fiscal considerable, caracterizado por un déficit estructural elevado, una alta dependencia de ingresos petroleros en un entorno de descenso de precios y un gasto inflexible que limita las alternativas de ajuste.

El Ministerio de Hacienda, en su informe más reciente, reconoció que aunque la inflación se acerca gradualmente al rango objetivo y la balanza de pagos muestra indicios de estabilidad, la sostenibilidad fiscal sigue representando un reto y que la necesidad de mayores ingresos y de racionalizar el gasto público será determinante para preservar la confianza de los inversionistas y evitar presiones adicionales sobre el riesgo país.

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Andrés Langebaek, director de Estudios Económicos del Grupo Bolívar, enfatizó que la gestión fiscal será fundamental para la actividad productiva en los años venideros. “¿Qué sectores sufrirán recortes? ¿Qué medidas se implementarán para aumentar la recaudación?”, cuestionó el analista, advirtiendo que la respuesta a estas interrogantes determinará en gran medida el desempeño económico.

Asimismo, la disminución en los precios del petróleo y la continua inestabilidad en los mercados internacionales podrían complicar el panorama fiscal, impactando no solo la disponibilidad de recursos públicos, sino también la confianza general en la estabilidad macroeconómica del país.

Pesos colombianos

Pesos colombianos

iStock

Gastos e inversión

Pese al entorno complicado, los expertos están de acuerdo en que ciertos motores internos seguirán promoviendo el crecimiento. La disminución gradual de la inflación y la moderación en las tasas de interés, que se espera afianzarse entre 2025 y 2026, beneficiará el gasto de los hogares y la inversión empresarial.

César Pabón, jefe de investigaciones económicas de Corficolombiana, admite que las preocupaciones en el mercado son justificadas, sin embargo, afirma que esto no puede eclipsar el buen inicio de año que tuvo la economía, que, en los últimos años, ha evidenciado su resiliencia y capacidad de adaptación ante los desafíos que puedan presentarse.

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“Aún cuando anticipamos que la actividad económica se vea influenciada por la guerra comercial. Mantenemos nuestra proyección en 2,6% gracias al buen comienzo de año y pensamos que al menos el primer semestre continuará siendo bastante positivo, ya que ha mostrado una dinámica favorable, aunque para nosotros será un camino de recuperación gradual”, señaló.

En términos sectoriales, las acciones de comercio, transporte, hospedaje y servicios alimentarios, junto con las actividades artísticas y de entretenimiento, se consideran las de mejor rendimiento estimado para 2025 y 2026. En contraste, la minería y la extracción de canteras seguirían disminuyendo, reflejando no solo la disminución de los precios internacionales de hidrocarburos y carbón, sino también la baja demanda externa y las limitaciones internas para nuevos desarrollos de exploración y producción.

Finalmente, al mirar hacia 2026, la mayoría de las instituciones proyectan un crecimiento ligeramente superior al de 2025, en un rango de entre 2,7% y 3%. No obstante, esta recuperación estará sujeta a múltiples factores: una transición fiscal ordenada, un entorno internacional más estable y progresos en la diversificación productiva y exportadora.

El acuerdo entre los analistas es inequívoco: Colombia tiene una ventana de oportunidad para fortalecer su recuperación, pero el margen de error es estrecho, por lo que el refuerzo de las finanzas públicas, el impulso a la inversión privada y la diversificación de la base exportadora serán esenciales para garantizar un crecimiento más sólido y sostenible a mediano plazo.

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