Petro advirtió que Abelardo de la Espriella estaría aliado con exmilitares para desestabilizar su Gobierno y ganar votos: “Buscan dejarme ciego”

El presidente Gustavo Petro continúa sus acusaciones hacia políticos después de las filtraciones de chats entre líderes de las disidencias de las Farc, donde se mencionan supuestos lazos entre grupos ilegales y altos funcionarios del Estado colombiano, como el general Juan Miguel Huertas y el director de Inteligencia de la DNI, Wilmar Mejía, que amenazan su administración.

Para el presidente, la información publicada en medios es falsa y fue creada por inteligencia artificial. Afirmó que un grupo de generales retirados, que estarían en complicidad con políticos de derecha, son los responsables de filtrar las conversaciones.

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Además, Petro afirmó que los militares han colaborado con la Fiscalía General de la Nación en Antioquia, gracias a Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín.

“(…)la fiscalía se ha politicizado peligrosamente. Regresamos al uso de la fiscalía para objetivos políticos (sic)”, escribió el mandatario en su cuenta de X.

Y añadió: “Existe una gran amistad entre el exgeneral Fajardo y la fiscal en el caso de la captura de alias ‘carro’ y otros miembros del grupo de Calarcá.” La fiscal debería explicar por qué permitió que el periodista de Caracol, Ricardo Calderón, ingresara con su solicitud firmada, a la Sijin para que entrevistara al preso casi a solas (sic).

En su evaluación, Petro sugiere que Abelardo de la Espriella, precandidato presidencial, está relacionado con los exmilitares que han sido despedidos a lo largo de su administración para difundir información engañosa a los medios de comunicación y perjudicar su mandato en la Casa de Nariño.

“Desconocemos si la línea de los oficiales retirados buscando reintegro con De la Espriella, se está imponiendo en periodistas y fiscales que caen en la trampa de hechos no reales como la conversación con el supuesto Wilmar que no era, o la acusación contra Huertas que no formaba parte de mi gobierno y que está en manos de un preso a posteriori (sic)”, declaró el presidente.

Asimismo, reafirmó que la intención de De la Espriella, según él, es perjudicar las operaciones de su Gobierno y atraer más votantes para las elecciones presidenciales de 2026.

“Es un hecho que buscan, como dicen en la jerga de inteligencia, dejarme ciego y dañarnos operativa y políticamente solo por un deseo personal de reintegro que candidatos oportunistas pueden prometer solo por ganar votos (sic)”.

El presidente aseveró que las conversaciones de las disidencias de las Farc de alias Calarcá que salpicaron a altos funcionarios de su Gobierno no constituyen una prueba concreta de irregularidades.

“Ni las pruebas presentadas por la prensa demuestran que exista una alianza con grupos armados ilegales, no lo demuestran y no existe. Solicito a los oficiales retirados en mi gobierno que participan en la construcción falsa que la prensa comunicó como verdades, que están en su derecho de hacer la política que deseen y buscar cumplir sus aspiraciones de reintegro, pero no evadiendo la ley. La presión sobre funcionarios de justicia o periodistas para fabricar pruebas mediáticas no es legal (sic)”, enfatizó Petro.

En este contexto, indicó que el grupo armado mencionado en el escándalo mantiene sus intenciones de negociar la paz con el Estado colombiano.

“El deseo de paz y el fin de conflictos armados regionales no debe ser satanizado. La paz no es debilidad. El llamado estado mayor central se dividió en dos. El grupo de Iván Mordisco se negó a negociaciones. El grupo de Calarcá aceptó una mesa de diálogo sin cese al fuego; sus gestores de paz tienen como función únicamente las mesas de diálogo para buscar un acuerdo definitivo (sic)”, explicó el mandatario.